Ángel
Simón
Presidente AGBAR
Tenemos que establecer un pacto social que garantice esa recuperación económica sostenible y en el que la empresa juegue un papel esencial.
Muchas gracias, buenos días. En primer lugar, quiero empezar mostrando mi apoyo a todas las personas que durante esta etapa han estado afectadas de una manera directa o indirecta por el COVID-19. También quería aprovechar esta ocasión que me prestáis para agradecer a todos los sectores que han permitido que hayamos seguido funcionando como sociedad y, por lo tanto, evidentemente, los primeros son los sanitarios que han estado en el frente de batalla.
Pero también todos aquellos que han estado en la logística, en la alimentación, en la banca, etcétera, en muchos sectores que han permitido que hayamos podido funcionar. Y, evidentemente, tengo que agradecer también a mis trabajadoras y trabajadores y a todos los del sector del ciclo del agua, porque hemos podido garantizar este servicio básico, como otros entre los que están el gas y la electricidad. Por lo tanto, yo creo que tenemos que ser conscientes de lo que ha significado durante esta época de confinamiento que hayamos sido capaces como sociedad de seguir adelante en este tema. Y ello es lo que nos fija las bases de la reconstrucción. Las bases de la reconstrucción tienen que estar centradas en varios temas. Mis predecesores en este foro de la CEOE – aprovecho para saludar a Rafael, a Manuel y a Maurici -, lo han dicho todos de una manera clara: la empresa es uno de los ejes básicos para esa reconstrucción. Y únicamente podremos abordarla si tenemos consenso entre todas las partes y, como digo, con la empresa en el centro de esta reconstrucción.
Nuestro país lo ha demostrado, lo ha demostrado en cada hito, lo ha demostrado en cada reto: es capaz de avanzar y nos acompaña el bagaje adquirido en estas últimas décadas en la construcción de un Estado de bienestar que ha sido y es referencia en el resto del mundo. Por lo tanto, ahora tenemos otra oportunidad para volverlo a demostrar. Y tenemos que hacerlo con la empresa y con Europa. Somos Europa. Compartimos valores comunes y la actuación de la empresa española debe situarse siempre dentro del contexto de las acciones conjuntas de la Unión Europea. Son muchos los desafíos a los que nos enfrentamos, además de esta crisis económica, como son la emergencia climática, las desigualdades sociales –probablemente acrecentadas durante esta etapa–, y, cómo no, las amenazas latentes sobre la paz y el bienestar.
En este contexto, yo creo, lo sigo manifestando, que las empresas son un factor relevante y las encuestas nos demuestran que son percibidas por las personas con gran confianza. Pero las empresas tenemos también una obligación básica que es la de establecer un pacto social, territorio a territorio; en el territorio de la nación, el territorio de las comunidades autónomas y el territorio de cada ayuntamiento. Además, en un sector como el nuestro, que es un sector municipal, los ayuntamientos son básicos.
Por lo tanto, tenemos que establecer un pacto social que garantice esa recuperación económica sostenible y en el que la empresa juegue un papel esencial. Poner encima de la mesa un contrato social que se base en tres ejes: el de la solidaridad, el de la ocupación de calidad y el de la reconstrucción verde y sostenible.
Manuel Manrique antes se ha referido a esa necesidad de combate contra el cambio climático y esta necesidad de la economía circular, y también se ha referido a lo que para mí es básico para que podamos realizar ese pacto en esos tres ejes: la colaboración público-privada.
El motor de esta reconstrucción va a ser la colaboración público-privada, para que se puedan ejecutar las inversiones necesarias para garantizar los niveles de bienestar a los que queremos llegar.
Tenemos, como empresas de distribución de agua, y creo que toda la sociedad en su conjunto, un desafío importante, que es el cambio climático, que nos obliga a gestionar con alta resiliencia.
Hemos podido gestionar el COVID-19 porque hemos tenido esos sistemas de alta resiliencia, pero veníamos antes de gestionar un DANA (depresión aislada en niveles altos), como era el DANA del Gloria, y veníamos antes de gestionar otro DANA que hubo en Cataluña…es decir, este año 2020 hemos gestionado muchos eventos en los que requerimos resiliencia. Vamos a vivir muchas más situaciones de estrés en el futuro y esperemos que no sean de pandemias. Lo que sí sabemos es que van a ser de cambio climático. Debemos adaptarnos y mitigar el cambio climático y debemos ir de una manera inevitable hacia un cambio de modelo, hacia la economía circular.
Nosotros lo hemos hecho, lo hemos hecho en bastantes puntos geográficos, lo hemos hecho en Chile. Un ejemplo, si me permiten, es la transformación de las tradicionales plantas de tratamiento de aguas residuales en lo que hemos venido a denominar biofactorías, que son plantas que reutilizan el 100 por 100 del agua residual. Son plantas en las que se valorizan el 100 por 100 de los residuos y cuyo balance energético es cero. Tenemos que ir hacia ese tipo de infraestructura, porque en esa economía circular, en ese cambio climático, el papel de los ODS, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que son los que están alineados con la Agenda 2030, son los que nos marcan la guía de actuación. Ustedes saben que son 17.
Uno muy importante es el número 1, el de la lucha contra la pobreza; el nuestro, el de nuestro sector, es el número 6, que es el de garantizar la disponibilidad universal de agua y saneamiento para todos.
Pero el que nos va a permitir reconstruir en esta nueva etapa va a ser el 17, el de la cooperación; cooperación entre todos los actores implicados: administraciones públicas, sector privado, empresas, la sociedad y las personas en general.
La colaboración público-privada es la que va a desarrollar ese objetivo del desarrollo sostenible número 17. Lo han dicho mis compañeros, hace falta más inversión en infraestructuras que mejoren la competitividad y la sostenibilidad.
Déjenme que les dé un dato: la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y la Asociación de la Ingeniería Civil ha cuantificado en un estudio que por la degradación de las infraestructuras en el ciclo hidráulico necesitan inversiones durante la próxima década de 18.300 millones de euros de media anual. 18.300 millones.
Esto podría generar ante esta reconstrucción en proyectos medio ambientales, más de 500.000 puestos de trabajo, con un impacto total aproximado de un incremento del 3% del PIB nacional.
Por lo tanto, debemos ejecutar estas inversiones en colaboración público-privada; inversiones en la economía circular, para atender a unas ciudades, a un territorio más resilientes delante del desafío del cambio climático. Y debemos seguir evolucionando como hemos evolucionado, de la gestión de las infraestructuras a la gestión del conocimiento. Esta inversión sólo la podemos hacer porque tenemos el conocimiento, la capacidad de gestión y la gobernanza y la innovación necesarias para hacerlos.
Lo hemos hecho en otros países, ¿cómo no lo vamos a hacer en España? Y además es esencial hacerlo en España, porque desde aquí podremos seguir yendo a otros países. Por lo tanto, esta reconstrucción solamente la podemos situar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en la lucha contra el cambio climático. Por lo tanto, es una reconstrucción verde, una reconstrucción que nosotros hemos querido determinar, denominar, como “verde”.Debemos impulsar estas soluciones que permitan la naturalización de las ciudades con más áreas verdes, más resilientes, con centros urbanos en mejores condiciones y, sobre todo, tenemos que adaptarnos a ese cambio climático. Por lo tanto, he hecho muchas alusiones a que esto solamente lo podremos hacer con empresa, con participación público-privada, con cooperación y con acuerdo, con todos, pero sobre todo dentro del marco de la Unión Europea. Y como ha señalado la Unión Europea, para tener acceso a los fondos tenemos que ir con tres ejes en los que el agua es esencial.
El eje salud: Afortunadamente, uno de los frentes de las batallas contra el COVID-19 ha sido el agua, tanto potable de calidad como el agua residual. El segundo eje es el de la transición ecológica. Una vez más, la reutilización, la regeneración de las aguas, esa economía circular en todo el ciclo integral, va a ser básica para esa transición. Y el tercero, algo como business as usual en nuestra sociedad, es el eje de la digitalización. La información sobre la gestión digital de las ciudades, sobre el agua, sobre los acuíferos va a ser absolutamente imprescindible para esta reconstrucción.
Por lo tanto, permítanme que cierre agradeciendo a Antonio Garamendi estas jornadas que ha organizado para poner en valor el papel de las empresas. Quiero terminar manifestando que la colaboración público-privada se ha consolidado en nuestra historia reciente como el modelo de éxito para las grandes infraestructuras necesarias para el progreso económico y social del país. Transparencia, conocimiento y rigor van a ser los elementos imprescindibles en el liderazgo de este proyecto común para avanzar en un nuevo modelo de desarrollo sostenible con el impulso y acuerdo de todos. Debemos actuar, cada uno desde su responsabilidad, sin dejar a nadie atrás y solamente podremos hacerlo desde la fuerza que nos dan las alianzas y la cooperación. Muchísimas gracias.

Infraestructuras Construcción y promoción inmobiliaria Servicios

Manuel Manrique

Maurici Lucena

Ángel Simón

Juan Antonio Gómez

Victor García Brosa

Luis Rodulfo Zabala

Ismael Clemente

José Luis Manzanares

Ignacio Vivas

Rodrigo Martín Velayos

Cinta Pascual

Antonio Llorens
