Antonio
Garamendi

Presidente CEOE

El espíritu empresarial que impregna la organización que represento nos empuja siempre a buscar el optimismo y la capacidad de superación, allá donde se encuentre.

Cuando nos adentrábamos en el año 2020, cargados de ilusiones y proyectos, no pensábamos que un año después la situación sería la de una pandemia vírica que aún hoy nos parece irreal.

En el momento de escribir estas líneas, cuando se cumple un año desde que la COVID-19 irrumpió en nuestras vidas, sabemos ya que este 2020 las ha marcado para siempre y, por ello, poco se puede decir al respecto que no se haya dicho ya sobre los dramáticos momentos sufridos en el plano sanitario, en el más humano.

En nuestro recuerdo estarán siempre aquellos que perdieron la vida y los que sufrieron más de cerca el zarpazo del virus.

Sin embargo, el espíritu empresarial que impregna la organización que represento nos empuja siempre a buscar el optimismo y la capacidad de superación, allá donde se encuentre. Y también a sacar lecciones y aprendizajes de cada situación adversa.

Y ese es el gran valor de este libro. De igual modo que necesitamos mantener en el recuerdo a las víctimas de la pandemia, es preciso recordar aquello que hicimos, nuestro esfuerzo, para tratar de plantarle cara y amortiguar sus consecuencias más negativas.

Es seguro que esta situación de excepcionalidad provocada por la COVID-19 queda reflejada en estas páginas, que son la fotografía de un momento histórico.

Un momento en el que también es preciso enmarcar una respuesta sin parangón del mundo empresarial para alentar a un país.

Por tanto, a la hora de recapitular, la razón de este prólogo no es tanto el hecho de preparar al lector para lo que encontrará en el libro, sino hacer de él un acto de agradecimiento.

Porque, del mismo modo que la pandemia de la COVID-19 será un antes y un después en nuestras vidas, la Cumbre Empresarial que celebramos en CEOE entre los días 15 y 25 de junio, y que reunió a más de un centenar de participantes, entre empresas de todos los tamaños y de todos los sectores, y que contó con la presencia del S.M. El Rey Felipe VI, ha supuesto un punto de inflexión para nuestra organización.

Hablaba de agradecimiento, no solo porque, siendo un proyecto ambicioso, la organización de la cumbre fue sencilla desde el punto de vista de la respuesta de las empresas. Cuando se les necesitó, acudieron a nuestra llamada. Todos querían estar juntos, arrimando el hombro bajo el lema ‘Empresas españolas liderando el futuro’.

Agradecimiento, porque la Cumbre Empresarial despejó todas las dudas de cuál es el papel de la empresa. Sin duda es el motor económico por excelencia, la palanca para que de la nada se genere después actividad y empleo. Pero además, es un engranaje que nos permite desarrollarnos como sociedad mediante la provisión de bienes, servicios y valor. Más aún, la Cumbre Empresarial demostró el compromiso de la empresa española con su país y sus ciudadanos.

Por eso este libro. A lo largo de las intervenciones de más de un centenar de personas que participaron en la cumbre, representantes en la inmensa mayoría de empresas desde las más grandes a las más pequeñas y de los sectores más relevantes de la economía; mediante fotografías que inmortalizaron ese instante y a través también de las referencias en medios de comunicación que nos ayudan a contextualizar y dar cuenta de cómo los medios decomunicación se hicieron eco de laCumbre Empresarial, esperamos que esta sea una obra de consulta para aquellos que en los próximos años quieran conocer de primera mano con más precisión cómo trascurrieron estos días y qué hicieron en estos momentos las empresas para afrontar una crisis de este calibre.

Espero que plasmen con fidelidad que durante aquellos días tan agitados y de tanta tensión, en los que la salud de los ciudadanos debía blindarse y la economía se desmoronaba, los empresarios españoles se alinearon para poner sobre la mesa soluciones para el corto plazo –mostrar su cara más solidaria también—, para sostener a todas las empresas y plantillas posibles, y para enfocar lo que, desde su experiencia, debía ser la recuperación económica.

Gracias a esa labor, posteriormente hemos podido dar forma tras nuevas consultas a empresas y organizaciones a un catálogo de 21 iniciativas estratégicas de país para poder canalizar de la forma más eficiente los cientos de miles de millones de euros que, de forma excepcional, llegarán procedentes de Europa para levantar el país.

Ese catálogo es una mano tendida y una hoja de ruta para levantar el país y hacerlo asegurándonos de que la economía posterior a la pandemia será más competitiva, productiva, inclusiva y permitirá crear más y mejor empleo. En este sentido, espero que dentro de unos años, esto sea una mera referencia a la reconversión económica que finalmente fue.

Por tanto, si durante la crisis las empresas han demostrado que, más allá de los balances, les mueven propósitos alineados con la ciudadanía y el bien común, la Cumbre Empresarial no hizo más que cristalizar esta forma de hacer empresa y mostrarla a toda la sociedad como eso que siempre estuvo ahí y que aún no se había percibido.

Cuando hablamos de alinear la actividad de las empresas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) hablamos de esta realidad, no es solo una declaración de intenciones ni una quimera.

Por último, quiero destacar que la Cumbre Empresarial también fue un ejemplo de hasta dónde podemos llegar desde posturas constructivas, moderadas y de búsqueda del consenso. Desde la independencia, la lealtad y el sentido de Estado.

Personalmente, me siento muy orgulloso de ser el representante de las empresas españolas y de saber que, cuando todo esto pase y miremos atrás, podremos decir que estuvimos en el lugar que nos correspondía y que supimos reconocer cuál era nuestra responsabilidad y ejercerla con buen ánimo.

Por tanto y por todo, muchas gracias.

PRÓLOGO | 15 DE JUNIO 2021

Antonio Garamendi
Presidente CEOE
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