Antonio
Llardén
Presidente Enagas
La energía es un costo importante para todas las producciones y, por lo tanto, tiene que ser eficiente.
Muchas gracias, presidente, por la invitación que nos has hecho a todos. En primer lugar, creo que es obligado hacer un sentido recuerdo de todas las víctimas del Covid en España y un abrazo telemático a las familias que en muchos casos han tenido la doble pena de la muerte de un ser querido y de no poder despedirlo en la forma adecuada.
Quiero agradecer también a CEOE y a su presidente, Antonio Garamendi, no solo esta posibilidad que nos da a todos los sectores de exprimir en poco tiempo las ideas que podemos tener para el futuro que viene, sino agradecerle a título personal, creo que coincidimos todos en esto, esta extraordinaria labor que CEOE y su presidente han hecho durante este periodo de tiempo complicado, difícil, en el que no se han escondido, sino que han intentado ayudar a que el país y el conjunto de empresas sigamos funcionando. Yo creo que esto hay que señalarlo.
Los operadores –aquí están Beatriz Corredor, José Luis López de Silanes, amigos y compañeros–, tenemos un hilo común, somos los transportistas que aseguramos de alguna forma en todo momento, las 24 horas del día, todos los días del año, que la energía en sus diferentes formas llegue donde tiene que llegar.
Tenemos redes malladas que aseguran la seguridad y la flexibilidad. Tenemos interconexiones internacionales y, sin duda, en este periodo de crisis sanitaria del país que hemos vivido, hemos sido clasificados, con razón, como empresas de servicios esenciales.
¿Qué hemos hecho? En concreto, en primer lugar, la primera preocupación ha sido asegurar la salud de las personas que trabajan en la compañía y de sus familias como elemento clave para poder asegurar que funcionan las redes al cien por cien, como han funcionado en las peores condiciones ambientales que nos podríamos imaginar, con turnos de personal muy especiales, con personas confinadas en determinados centros de trabajo, con todas las medidas de seguridad y con las pruebas anticoronavirus que podíamos tener. Y eso ha funcionado muy bien.
Hemos cambiado de paradigma. En el caso concreto gasista, recibíamos la mayor parte del suministro por gasoducto y teníamos las plantas como, digámosle, material de seguridad.
Ha sido justo al revés. Por razones de precio y por razones del propio Covid en todo el mundo hemos pasado a recibir las tres cuartas partes del gas natural por plantas de regasificación y el resto por gasoducto internacional.
Esto quiere decir que nos hemos tenido que adaptar con muchísima flexibilidad a esta nueva situación y creo que ha funcionado bien.
También, como consecuencia de la extraordinariamente difícil situación en la que hemos vivido y atravesamos aún, y lo que va a venir con mucha incertidumbre, hemos hecho algo que nunca habíamos hecho en esta época.
Hemos incrementado enormemente el almacenamiento de gas con el doble objetivo de seguridad de suministro y de precios, muy, muy buenos, porque son los precios más bajos nunca tenidos en los últimos 10 o 12 años. Por lo tanto, esto es lo que hemos hecho.
Resumiendo, esta crisis es la crisis de las tres erres. Hablo desde el punto de vista empresarial. ¿Qué hemos hecho las empresas? Primero, resistir, y hemos resistido cada una en su sector y en la forma que ha podido, pero especialmente los operadores de red creo que hemos resistido al cien por cien. Hemos dado siempre el servicio, como en condiciones normales, y gracias a esto la energía ha podido llegar a todos los sitios, especialmente a sitios como hospitales, donde ha sido clave. La segunda erre sería la de la recuperación. Ahora entramos en ella. Y la tercera sería la de la reinvención, si se me permite la palabra.
Hemos resistido. Pasamos ahora a la segunda etapa, recuperación. En el sector energético, en concreto, lo ha dicho antes Beatriz Corredor y lo comparto plenamente, hablar de recuperación quiere decir fundamentalmente el marco, el contexto de la transición energética que nuestro Gobierno, que España, que la Unión Europea, apadrina.
En esta transformación energética tenemos que hablar de un proceso de descarbonización, claro, concreto y de un proceso de eficiencia. La energía es un costo importante para todas las producciones y, por lo tanto, tiene que ser eficiente.
Esta transición energética está contemplada ya en las 20 prioridades del documento de CEOE, en el Green Deal de la Unión Europea, en el Plan Nacional de Integración de Energía y Clima de España, que se va a discutir ahora en el Parlamento.
Pero creo que no se puede cuestionar hoy en día la transición energética, y menos después de lo que nos ha pasado y, por lo tanto, tenemos que ir a ese proceso de descarbonización con eficiencia y, evidentemente, con seguridad de suministro.
Ahí es desde donde yo, modestamente, creo que vendría un poco la reinvención o la remodernización.
En nuestro caso concreto, creo que, junto con un consumo mayor de renovables en general y en un proceso de electrificación de la economía, es fundamental la aparición de los gases renovables, como puede ser el biometano, el hidrógeno, que tengan la característica de ser calificados de verdes. Y ahí la reinvención, inmediatamente después, va ligada también a la reindustrialización.
Reinvención en el sentido de que, por ejemplo, en el caso del hidrógeno se fabrica hoy en día y desde hace muchos años, pero este hidrógeno es denominado “gris” en la medida que emite CO2 en este proceso.
Hay posibilidad de fabricar hidrógeno azul, de forma que emita CO2 que se pueda reinyectar.
Finalmente, el hidrógeno verde, propiamente dicho, es el hidrógeno que aparece a partir de energía eléctrica renovable, vía electrolisis. Ese hidrógeno en nuestras redes de gas es perfectamente almacenable, transportable y puede servir posteriormente para generar electricidad directamente o para actuar como combustible o materia prima en muchos procesos industriales. Por lo tanto, esto puede ser un vector de recuperación. Hablo de un tema concreto como es el hidrógeno y en general los biogases, a añadir en el momento en que estamos.
Un poco ya más en general, y CEOE está hablando de esto de forma muy acertada, son las empresas que de alguna forma tenemos que ayudar a este proceso de recuperación y de reinvención.
Esto nos permite quizás hablar de un cierto proceso de reindustrialización, entendiendo que la diversidad de cadenas de suministros tiene que ser un tema muy importante.
No podemos depender de suministros que estén en un solo país. El gas es un ejemplo clarísimo en España: gracias a que tenemos plantas de regasificación, recibimos suministros de 10-12 países diferentes.
Después está la innovación. El tema del hidrógeno y los biogases nos puede llevar a nuevas actividades industriales deslocalizadas en el territorio, dentro de España, dentro de la Unión Europea.
Por lo tanto, pienso que en este proceso de reinvención el sector energético, modestamente, puede ayudar. En concreto el gasista, muy coordinado, caso de los transportistas, especialmente con Red Eléctrica.
Conclusiones. Pensamos, y lo han dicho todas las personas que me han precedido, que es un momento en el país de diálogo, de colaboración. Creo que era Francisco Reynés quien hablaba de concordia, lo mantengo plenamente.
Para que tengamos una recuperación, esta tiene que ser sostenible, tiene que ser duradera, sin dejar a nadie atrás. Y para esto creo que el rol de las empresas es fundamental. Son las que mantienen el empleo, son las que pueden promover inversiones sólidas.
En el gas hemos hecho un compromiso de mantenimiento del empleo porque lo hemos podido hacer también con nuestro tipo de compañía, y pensamos que esto es clave.
Termino diciendo que los acuerdos políticos y económicos que nuestro país necesita, y que la Unión Europea necesita, no es posible lograrlos sin la presencia y sin la colaboración de la sociedad civil y, en el caso de las empresas, yo creo que están muy claramente representadas por CEOE y por sus organizaciones. Muchas gracias, Antonio Garamendi, por habernos invitado a este acto.