Antonio
Llorens

Presidente Food Service España

El sector de la restauración colectiva en España alimenta diariamente a 8,5 millones de personas, muchas de ellas vulnerables, niños y jóvenes en guarderías y colegios a los que, además de darles de comer, se les educa para que adquieran hábitos saludables.

Buenos días y muchísimas gracias a Antonio Garamendi y a la CEOE por invitarnos hoy a participar en esta cumbre de empresas españolas para liderar el futuro. Enhorabuena por esta interesante iniciativa y por la oportunidad que se nos brinda para explicar la realidad post COVID-19, ya sea desde un sector o desde una compañía. En esta ocasión y por mi responsabilidad como presidente de la Federación de Empresas de Restauración Colectiva Food Service España, considero interesante poder realizar algunas reflexiones desde esta perspectiva, para comentar cómo este sector ha vivido la actual crisis y la situación general en la que se encuentra. El sector de la restauración colectiva en España alimenta diariamente a 8,5 millones de personas, muchas de ellas vulnerables, niños y jóvenes en guarderías y colegios a los que, además de darles de comer, se les educa para que adquieran hábitos saludables.

Personas hospitalizadas de cualquier edad o personas mayores en residencias que deben disponer de dietas y condiciones de alimentación acordes con sus necesidades más específicas, sin olvidar a los trabajadores que comen cada día en empresas u otros grupos específicos a los que igualmente estamos prestando servicio en eventos, en los transportes, en el ejército, en el  deporte de élite o en áreas específicas de actividad; afrontando intolerancias, alergias, dietas especiales por motivos de salud o religión y entendiendo cada colectivo, a cada persona, con sus propias necesidades específicas.

Este es un sector que emplea diariamente y directamente a unas 100.000 personas, de las que más del 90% son mujeres, y que facturaba antes de la pandemia 3.600 millones, lo que representa el 0,3% del PIB.

Es un sector en el que el 50% de sus clientes dependen de la Administración Pública y que, a pesar de la brusca paralización que ha provocado la pandemia en gran parte de nuestras operaciones, ha sabido permanecer en primera línea, aportando equipos humanos y capacidades operativas para prestar un servicio esencial, mientras se luchaba contra el virus, adaptándose a nuevos entornos, necesidades y condiciones de trabajo.

La magnitud de esta movilización queda reflejada en las cifras siguientes. Cerca de 35.000 personas de nuestras organizaciones han estado en esta primera línea junto a los profesionales de la salud, cubriendo las necesidades de alimentación tanto en los hospitales ordinarios como en los recintos especiales habilitados para atender a los afectados por el COVID-19 en las residencias de mayores, las personas dependientes, niños o niñas con riesgo de exclusión social o empleados de empresas que debían seguir en activo, entre otros.

Se han generado y distribuido de forma gratuita más de 45.000 comidas a los más desfavorecidos en los dos últimos meses, además de más de 30 toneladas de alimentos y bebidas donadas a diferentes ONG, que, junto con las donaciones de muchos de nuestros proveedores, han ayudado sin duda a sobrellevar mejor las necesidades de alimentación de colectivos vulnerables. Unos colectivos que, desgraciadamente, han visto agudizada su situación a raíz de la pandemia. Esta movilización está plenamente alineada con los principios que comparten las empresas asociadas en Food Service España: prestar un servicio realmente esencial a la sociedad y a las personas que en ella viven y trabajan.

En el contexto de esta crisis sin precedentes, debemos afrontar con máxima responsabilidad el enorme desafío que supone la recuperación económica del sector. Somos uno de los sectores que ha sufrido un mayor impacto, con unas previsiones para 2020 poco alentadoras. Nuestra facturación acumulará este año una caída superior al 38% de las ventas, con una reducción estimada de unos 1.500 millones de euros.

El volumen de facturación anual de los segmentos de restaurantes de empresa, comedores escolares y espacios de restauración en el ámbito del ocio, descenderán entre el 30% y el 80% en este ejercicio.

En apenas dos meses se han acumulado ya perdidas por encima de los 80 millones de euros, comprometiendo de forma muy sensible la capacidad de inversión de nuestras empresas y hasta su propia continuidad, si esta dinámica continúa.

Este efecto se verá agravado por un considerable incremento de los gastos debido a los requisitos de seguridad y a las limitaciones de aforo que ya estamos teniendo que afrontar y que tendrán que mantenerse en un futuro próximo. A todo ello, se añaden unas perspectivas de contexto que no nos permiten prever una pronta recuperación de la situación actual antes de muchos meses, posiblemente, algunos años, bajo el efecto combinado de una reanudación de la actividad principal, que será muy gradual durante los próximos años. Por ejemplo, el sector de educación no arrancará antes de septiembre y ya se verá en qué condiciones. Los mercados corporativos e industriales, las empresas, quedarán afectados por la bajada de actividad o incluso el cierre de muchas compañías y empresas, clientes nuestros y muchas transformaciones que están apareciendo en los métodos de trabajo que podrían, si se confirma a largo plazo el auge del teletrabajo, por ejemplo, dar lugar a una contracción estructural de nuestra actividad de restauración dentro de las empresas y las organizaciones.

Después, la industria del ocio, industria donde estábamos muy presentes en todos sus puntos de restauración y que desde el inicio de esta crisis ha desaparecido, ha cerrado, y mantiene unas fechas de retorno poco claras y sobre todo con VOLUMENes de actividad un tanto inciertos. En general, estamos hablando del sector de la restauración colectiva y está claro que dar servicio a colectivos en un entorno de pandemia ya se ve que es algo complicado.

Somos conscientes del notable esfuerzo y las sucesivas medidas que ha adoptado el Gobierno desde el primer día y que nos han permitido afrontar la batalla prioritaria de preservar la mayor cantidad posible de puestos de trabajo en los territorios, especialmente, a través de la puesta a disposición de los ERTE a los que se han podido acoger más de 42.000 de nuestros empleados, así como a los avales del ICO, que han permitido conseguir una financiación rápida aquellas empresas que lo necesitaban. Este apoyo está sirviendo y ha sido vital para nuestros negocios, especialmente por el perfil de nuestras organizaciones, teniendo en cuenta que más del 40% de las plantillas son personas con formación básica que encuentran en nuestro sector una vía de formación y desarrollo profesional.

Durante la pandemia se han vivido situaciones contradictorias entre el Gobierno central y las distintas comunidades autónomas como, por ejemplo, en todo lo que tiene que ver con la incorporación o no a los ERTE de los trabajadores que estaban en contratos públicos de servicios, sobre todo, por ejemplo, en los colegios, sobre los que no quedaba claro cómo había que proceder por la falta de acuerdo entre ambas instituciones, con todas las implicaciones económicas y financieras que ello acarrea.

A pesar de todas esas complicadas circunstancias, el sector de la restauración colectiva está firmemente comprometido con seguir fortaleciendo este papel social, asumiendo que, para lograrlo, hemos de asegurar nuestra capacidad para mantener el equilibrio económico en el futuro como condición sine qua non para garantizar la supervivencia de las empresas que estamos en el sector.

Dicho todo esto, lo que es evidente es que el sector debe evolucionar para seguir; debe reinventarse, hemos de buscar nuevas fórmulas que nos permitan continuidad, activos y vivos. La definición de un nuevo modelo operativo requerirá plantear tres horizontes temporales que van desde el más inmediato o fase de reactivación, que ya hemos iniciado y que estamos atravesando; un plazo medio o de estabilización, donde hemos de ser capaces de desarrollar respuestas tácticas a la nueva normalidad; y el largo plazo, o de reinvención, donde hemos de dividir la estrategia que nos permita afrontar con éxito esa nueva situación y donde la innovación y la digitalización jugarán un papel primordial de cara a nuestros empleados, clientes y consumidores.

La sostenibilidad empresarial del sector requiere contar con el apoyo de las administraciones públicas en tres aspectos que consideramos cruciales. Por una parte, el mantenimiento del sistema actual de los expedientes de regulación temporal de empleo de los ERTE por fuerza mayor, hasta la plena normalización de la actividad del sector de restauración colectiva y al menos hasta final de año. Hemos de alentar la reanudación de las actividades presenciales tan pronto como sea posible en las escuelas, incluyendo un horario donde se mantenga el comedor escolar, en las empresas o en otras actividades de nuestra vida diaria donde estamos las empresas del sector prestando nuestros servicios.

Además, la falta de clases presenciales disminuirá la sociabilización de niños y niñas y su capacidad de aprender hábitos saludables en el colegio mientras se alimentan adecuadamente.

Hemos de considerar también el impacto que representará para el sector los cambios que esta pandemia podría introducir en la dinámica social y del mercado, el teletrabajo, la posible supresión del almuerzo escolar y otros muchos cambios. Cambios que amenazan seriamente la continuidad de muchas de nuestras empresas y que precisarán la revisión de las condiciones contractuales vigentes con nuestros clientes.

Lo que parece ser una evidencia es que el sector de la restauración, en general, deberá afrontar importantes e inminentes cambios que darán forma a la nueva normalidad y que afectarán tanto a nivel de conducta, como de mentalidad del consumidor.

Algunos de los más destacables serán generar un mayor volumen de venta online, ofrecer servicio a domicilio o al puesto de trabajo, instaurar protocolos de higiene y seguridad muchísimo más rigurosos, todavía, o un mayor control de la cadena de suministro.

Y no quisiera finalizar sin lanzar un mensaje esperanzador en clave de futuro. Hemos de extraer aprendizaje de esta crisis para fortalecernos como personas y como organizaciones, para salir renovados y con nuevas perspectivas e ideas sobre cómo queremos y deseamos que sea nuestra sociedad, nuestro entorno y este espacio donde estamos trabajando y donde estamos viviendo. Estoy seguro de que juntos conseguiremos idear esa nueva realidad y liderar los retos que nos esperan. Muchísimas gracias.

4ª JORNADA | 18 JUNIO 2021

Infraestructuras Construcción y promoción inmobiliaria Servicios

Rafael del Pino
Presidente Ferrovial
9:00 Infraestructuras
Manuel Manrique
Presidente Sacyr
Maurici Lucena
Presidente AENA
Ángel Simón
Presidente AGBAR
Juan Lazcano
Presidente CNC
10:00 Construcción y Promoción inmobiliaria
Juan Antonio Gómez
Presidente APCE
Victor García Brosa
Presidente OFICEMEN
Luis Rodulfo Zabala
Presidente CEPCO
Ismael Clemente
CEO Merlín Properties
José Luis Manzanares
Presidente AYESA
María José Álvarez
Presidenta EULEN
11:00 Servicios
Ignacio Vivas
Presidente AESTE
Rodrigo Martín Velayos
Presidente Randstad
Cinta Pascual
Presidenta CEAPS
Antonio Llorens
Presidente Food Service España
Enrique Sánchez
Presidente ADECCO
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