Carlos
Rus
Presidente ASPE
Sin la colaboración pública, sin la participación privada, el modelo sanitario actual en España sería absolutamente inviable.
Buenos días. Me gustaría, Antonio Garamendi, agradecerte tanto la invitación a estar hoy aquí, como el permanente contacto que has tenido con nosotros y con el sector a lo largo de toda la pandemia. También me gustaría ofrecer nuestras condolencias a todas aquellas personas que han perdido algún familiar en esta pandemia y, por supuesto, rendir homenaje a nuestros profesionales, que muchos de ellos han estado en primera línea de batalla y creo que se merecen ese homenaje.
El papel de la sanidad privada lo hemos entendido como un servicio al país, un servicio del que nos encontramos absolutamente orgullosos. Siempre hemos entendido que nuestro Sistema Nacional está conformado por dos aliados, el público y el privado, donde el privado complementa y al final estamos para responder aquellas demandas que tiene la parte pública, pero todos, -los dos-, conformamos ese Sistema Nacional de Salud.
Es un área, la sanidad privada, que entendemos que está desmerecida como parte integrante, como parte relevante, de ese Sistema Nacional de Salud. Muchas veces se entiende que nuestro crecimiento, nuestra mejora, supone el empeoramiento de la parte pública, y nosotros somos el fruto de la libertad de elección que tienen los ciudadanos y del estado de bienestar.
Me gustaría intentar ofrecer una visión objetiva y clara, aportar datos e información, de lo que supone y de lo que aporta la sanidad privada, y el magnífico funcionamiento que tiene esta dualidad público-privado que conforma este sistema. Creo que la colaboración público-privada durante esta situación, -este sistema dual-, ha supuesto una gestión muy eficiente. Es una opción que ha sido altamente eficaz, tanto para puntas de demanda como cuando tenemos listas de espera o para situaciones de colapso sanitario, como en el caso de esta pandemia.
Por daros algunas cifras que pongan de relieve la importancia que tiene la sanidad privada, deciros que supone el 40% del gasto sanitario; en hospitales, tenemos el 58% (460); en camas, el 32% (casi 52.000); en actividad, por ejemplo, realizamos el 37% de las intervenciones quirúrgicas o el 44% de las resonancias magnéticas; en facturación, -y creo que este dato también es muy relevante, porque se tiene la sensación de que dependemos de lo público-, la media de un hospital es un 64% aseguramiento, un 8% otros servicios, un 15% el paciente privado puro, y solo un 13% es colaboración público-privada.
Es decir, es un sector que es mayoritariamente independiente, donde el 50% de nuestros hospitales colaboran con el ámbito público. En cuanto al precio, hemos realizado un estudio comparativo y también me gustaría dar solo dos referencias: las cataratas, por ejemplo; cada Comunidad Autónoma publica los precios o las tasas del coste de sus servicios y también publica cómo trabaja con la sanidad privada. En las cataratas, por ejemplo, tenemos un 43% menos de coste, y en el caso de una intervención más compleja, como una sustitución valvular aórtica, la diferencia llega incluso hasta el 57%.
Son los precios con los que trabajamos con la Administración, que son contrastables y que están publicados en los boletines oficiales. En cuanto a usuarios, son 12 millones de españoles los que acuden a la sanidad privada; de ellos, 10,7 millones lo hacen a través del seguro de salud, y tenemos también incorporado el mutualismo administrativo, que supone dos millones de usuarios de los que el 100% puede elegir entre pública o privada y el 85% elige la privada.
Y un dato también, sin duda, relevante, y más en el ámbito en el que nos encontramos: damos trabajo de forma directa a 266.000 profesionales, de los que el 49% son profesionales médicos y de enfermería.
Dicho todo lo anterior, yo me atrevo a afirmar, -y sin ningún atisbo de duda-, que sin la colaboración pública, sin la participación privada, el modelo sanitario actual en España sería absolutamente inviable.
En cuanto a nuestro papel durante el COVID, lo primero es que hemos tenido una interlocución permanente y directa, tanto a nivel de Ministerio como a nivel de las consejerías; antes de que se declarara el estado de alarma ya nos pusimos a disposición. Nuestra participación creo que ha sido excepcional y que somos un sector afectado de una forma muy especial, yo creo que única, porque ha sido un sector que hemos tenido que mantener y ampliar nuestros recursos (en Madrid o en Barcelona hemos tenido que duplicar y triplicar UCIS); hemos tenido unos niveles de aprovisionamiento sin precedentes (para que os hagáis una idea, solo la inversión en equipos de protección durante el mes de marzo y el mes de abril es un 71% más que en todo el año 2019).
Y ha habido un factor que creo que es el que nos diferencia, y es que como se nos ha declarado esenciales, -cosa que entendemos lógica-, no se nos ha permitido adecuar nuestras estructuras a las necesidades: hemos tenido zonas como Madrid y Barcelona en que, -os he comentado-, hemos tenido que duplicar y triplicar UCIS; hemos tenido zonas como Castilla-La Mancha y Castilla y León, donde hemos sido circuito limpio de COVID (no hemos tratado pacientes COVID, pero se ha hecho ese circuito diferenciado que tenía una mayor seguridad, tanto para el profesional sanitario como para el paciente, y nos ha parecido una medida muy inteligente); pero también ha habido zonas con una menor afectación pandémica, con hospitales llenos de profesionales y vacíos de pacientes.
A esto le acompañamos la desprogramación de toda actividad que no tuviera un carácter urgente preferente y, por supuesto, el confinamiento que ha supuesto un descenso abismal de la actividad de los centros. Ha habido también Comunidades Autónomas, como La Rioja o Canarias, donde se nos solicitó, -aparte de que tratamos pacientes en hospitalización-, que cediéramos equipos y así se realizó.
Desde ASPE, movilizamos más de 100 respiradores a Madrid en el momento más crítico de la pandemia. Podemos decir que lo que en ese momento movió ASPE es el sumatorio de lo que cuatro o cinco Comunidades Autónomas juntas consiguieron trasladar a Madrid en ese momento. Creo que ahí es relevante ver la solidaridad que ha mostrado el sector privado.
Y, por supuesto, el impacto que ha tenido el COVID en nuestro sector ha sido muy importante. Hemos realizado un estudio donde vemos cómo ha sido esa afectación. La primera, -y yo creo la más relevante-, con una muestra solo de 124 hospitales, hemos atendido al 16% de los pacientes hospitalizados y al 14% de los pacientes en UCI, por lo que sería muy fácil de una forma muy segura afirmar que hemos atendido a más de 25.000 pacientes en hospitalización y más de 2.500 pacientes en UCI, haciendo una extrapolación muy precavida.
A nivel de actividad, por ejemplo, el cuore del hospital, que suele ser la intervención quirúrgica y la urgencia han caído un 83% y un 73%. Con los distintos niveles de afectación que ha habido en la pandemia, los recursos asistenciales, incluso los que están más directamente relacionados con el COVID, también tuvieron un importante descenso. Así, por ejemplo, la hospitalización descendió un 58% y la UCI un 52%. Perdonadme que os dé tantas cifras, pero creo que es importante reforzar los mensajes y lo que decimos con datos contrastados. Y, en esa situación, me sorprendió mucho el resultado del estudio: el 90% de los centros sanitarios privados ha contratado a personal durante los meses de marzo y abril, y si comparamos la plantilla que teníamos en abril de 2019 y la plantilla en abril de 2020, el crecimiento ha sido del 5%, es decir, la hemos reforzado ante la situación de una forma muy importante.
En cuanto a las inversiones, se han paralizado muchas de ellas. La inversión en equipamientos y en equipos de protección os la he comentado, con ese incremento del 71% en solo dos meses, comparados un año. Pero por poneros otro ejemplo, las mascarillas quirúrgicas las hemos comprado en un 1.423%, si lo comparamos con el precio de diciembre de 2019, por un mercado altamente volátil.
Las medidas que ha tomado el Gobierno de momento para nosotros son absolutamente insuficientes. El IVA llegó con 60 días de retraso; la posibilidad de realizar ERTEs, con 40 días y solo para casos de fuerza mayor; y las bonificaciones a la Seguridad Social se aplican a nuestra área odontológica, pero se deja fuera a todos aquellos centros que, independientemente de la situación, han contratado personal y no han podido acogerse a la realización de este tipo de medida.
Tres meses después de presentar nuestro plan económico al Gobierno, seguimos sin respuesta. Y pensamos que una de las medidas que también sería importante desde un punto de vista fiscal es el IVA superreducido. Se ha demostrado que son productos de primera necesidad y no puede ser que haya campos como el floral, que me parece fantástico que lo tenga, y que la sanidad no tenga un IVA superreducido.
Y luego, ¿qué pedimos? No pedimos sacar tajada, no pedimos ganar dinero. Lo único que estamos pidiendo al Gobierno es que se nos compense, tanto por la actividad que hemos realizado, -porque se nos han derivado muchos pacientes desde el ámbito público al ámbito privado-, como por la puesta a disposición de recursos, porque no pudimos adecuar estructuras.
Y, si hay un rebrote, hemos presentado ya un plan al Ministerio. No voy a extenderme, pero sí pedimos al Ministerio que hile fino: se han tenido que tomar medidas muy drásticas, y a nivel de todo el territorio, y hay que diferenciar áreas. Lo mismo que se ha hecho una desescalada, en caso contrario habría que hacer una escalada, y hay que hacerlo teniendo en cuenta que tenemos que convivir con el virus y, en esta convivencia con el virus, economía y sanidad tienen que ir de la mano y tienen que conjugarse.
Me gustaría finalizar simplemente remarcando que todas nuestras empresas han primado su objeto de responsabilidad social sobre su objeto empresarial; que somos el aliado eficiente y flexible del Sistema Nacional de Salud; que nos hemos comportado como la reserva estratégica de este Sistema Nacional de Salud y hemos respondido con total y absoluta inmediatez, y responsabilidad y que somos fundamentales en la viabilidad futura de nuestro sistema sanitario.
Y sin más, me gustaría finalizar agradeciendo de nuevo la oportunidad y agradeciendo el apoyo constante que hemos tenido de CEOE a lo largo de estos meses.

Comercio Asesoramiento y estrategia Sanidad

Fuencisla Clemares

Pedro Campo

Aurelio del Pino

Alfonso Merry del Val

Antonio Garrigues Walker

Fernando Ruiz

Federico Linares

Pedro Mateache

Hilario Albarracín

Gonzalo Sánchez

Carlos Rus

Martín Sellés

Luis María de Palacio

Eduardo Pastor
