Cinta
Pascual
Presidenta CEAPS
Es importante reflexionar sobre lo que ha pasado para poner en valor algo tan importante y básico como es la cooperación y el compromiso de las organizaciones, como es la colaboración público-privada o como es la lucha a través de los valores.
Gracias. Lo primero de todo, agradecer a la CEOE que haya organizado un encuentro de empresas españolas para liderar el futuro, porque yo creo que en el sector empresarial necesitamos cooperación con todo el mundo, absolutamente con todo el mundo. Creo que es esencial que cojamos las riendas de lo que sabemos hacer, que es generar empleo estable en nuestro país.
Creo que cuando hablamos de empresas, no deberíamos perder de vista que necesitamos a veces un cambio reputacional. Yo he luchado tanto estos días por cambiar la visión reputacional de nuestro sector… Las empresas debemos poner en valor lo que hacemos, lo que hemos venido haciendo durante tantos años. Es fundamental para salir de esta crisis.
Os explicaré un poco cómo hemos vivido nosotros esta crisis sin precedentes, con daño reputacional, moral y, evidentemente, lo más importante, porque en estos momentos yo creo que no hay que hablar de otra cosa, inmersos en salvar vidas.
Creo que es importante reflexionar sobre lo que ha pasado para poner en valor algo tan importante y básico como es la cooperación y el compromiso de las organizaciones, como es la colaboración público-privada o como es la lucha a través de los valores.
Algunos de ustedes sabrán que desde mi papel como vicepresidenta en Foment del Treball, junto con mi presidente, Josep Sánchez Llibre,impulsamos un proyecto que a mi parecer, y lo dije al Congreso, CEOE también lo está impulsando con nuestra presencia hoy en este foro, pero también con la Fundación CEOE: poner más valor, sacar el alma que tienen todas nuestras empresas y, por lo tanto, marcar en fosforito bien, pero bien grande, este valor que tenemos las organizaciones.
Por lo tanto, como sector, lógicamente, ha sido horrible. Me sumo a Ignacio en el pésame a los familiares de los fallecidos, pero también a todas aquellas personas vinculadas a nuestras organizaciones que han sufrido y que han vivido este daño reputacional, y sobre todo el daño de perder a las personas que nosotros cuidábamos.
De verdad que va a ser duro poder hacer frente a lo que nos viene, si no terminamos bien. Pero yo antes de explicar un poco cómo ha sido, quiero agradecer a la Fundación CEOE, a todos mis compañeros de Foment y, como decía, al presidente, a empresas como Baviera y Puig, que ha llevado 10.000 litros de gel hidroalcohólico a nuestras residencias; a IKEA, con 300.000 mascarillas; a Fundación MAPFRE…. Tengo una lista -y no me quiero olvidar a nadie- de gente que nos ha llamado, que nos ha dicho dónde fabrican las cosas, cómo hacerlas y hasta nosotros hemos planteado, en un momento de crisis, que la capacidad innovadora de nuestras empresas era fundamental.
No es bueno tener la producción, una gran parte de esta producción (de material sanitario), en China. Creo que debemos ser capaces ante la crisis que afrontamos y con una caída del PIB que va a ser durísima en los próximos años, de reinventarnos y saber qué ha fallado.
La CEAPS empezó a hacer respiradores y yo creo que en estos 100 días de estado de alarma hemos reaccionado.
Lógicamente no puedes montar una cadena de montaje en tan poco tiempo, pero todo el mundo tenía encima de la mesa las necesidades básicas para salvar vidas; cuando digo todo el mundo, digo todas las empresas que nos han llamado y creo que con coordinación, tanto con Foment como con CEOE, nos han ayudado muchísimo a superar esta situación tan dura que hemos vivido.
Miren, yo creo que la perspectiva del mundo de los mayores tenemos que tenerla, no ahora en el corto plazo, porque ahora solo se ha puesto en evidencia lo que veníamos diciendo desde hace muchos años… Yo misma, hace dos años, presenté el caso de la dependencia en toda España. En todas las administraciones, con todas las comunidades y con todas nuestras patronales en cada una de las comunidades autónomas. Y puse en evidencia cuál era la situación de la atención de los mayores en una dependencia extrema.
Nos hemos encontrado ahora que esta atención se ve, además, perjudicada por una crisis sanitaria que no es social. Ahora hablan de que no estaban preparadas las residencias; no estaba preparado absolutamente nadie y, yo siento decirlo, pero tampoco nuestro Gobierno.
Por lo tanto, nosotros, como entidades, nos encontramos en una situación que nadie nos había anticipado: que las personas enfermas se quedarían en residencias de mayores, que no tendríamos EPIs, que no tendríamos PCR y no tendríamos lo más importante, que es la atención sanitaria que nuestros mayores necesitaban. Pero aun así hemos salido, hemos remado.
Yo creo que no podemos decir que ha salido bien porque no es cierto, hay aproximadamente 20.000 personas que han causado defunción en nuestros centros y a mí esto me parece lo más duro desde el resultado de nuestro trabajo, por lo tanto, no voy a decir nunca que lo hemos hecho bien. Pero sí que voy a decir que lo hemos hecho bien con los recursos que teníamos y con la falta de ayuda.
¿Qué ha puesto en evidencia esta crisis? A mi parecer, ha puesto en evidencia el trabajo conjunto, este pacto de país que debería existir para siempre. Es decir, no sólo para sacarnos de la crisis que ahora tendremos económica -o que tenemos ya-, sino para tener claro que cuando hay un momento duro, no vale “esto es tuyo” o “esto es mío”.
La colaboración público-privada es de lo mejor que ha pasado en nuestro país. Creo que sacó lo mejor de cada casa. Es decir, por la parte pública hay que trabajar para que haya control, que haya concursos que garanticen la calidad, y esto es la responsabilidad de las administraciones.
Y por la parte empresarial, tenemos que luchar para que se cumplan todos los requisitos, para que haya calidad en los servicios, y que nos digan exactamente cuándo no lo hacemos bien y qué cambios hay que hacer.
Cuando alguien me pregunta si los que nos ganamos la vida cuidando mayores es ético, yo les digo que no veo otra forma de ganarla más ética que cuidando a las personas más vulnerables de nuestra sociedad. ¿Existe colaboración público-privada? Absolutamente en todo: medios de comunicación, en la sanidad, la educación, en todos nuestros los pilares del Estado de bienestar.
¿Dónde está el problema? ¿Qué es lo que hacemos mal? ¿Por qué no comunicamos exactamente que esto da valor? Fíjense ustedes que cuando una plaza la gestiona la Administración pasa de un coste medio de 1.600 euros a una media de 3.800 o 4.000 euros en función de cada una de las partes de España.
Por lo tanto, ¿qué estamos haciendo? ¿Estamos creando realmente personas de primera y de segunda? Por lo tanto, hagamos que la colaboración funcione. Yo creo que, en un momento tan duro, lo que sobra en nuestro país es la demagogia. Por tanto, creo que es muy importante que pongamos en valor lo que estamos haciendo con la colaboración público-privada.
No hablo de nuestro sector, sino de casi de todos, porque he estado en muchos debates con compañeros de CEOE y de Foment, en los que siempre hablamos de lo importante que es ser capaces de poner esto en valor.
El dolor que sentimos por el daño reputacional es muy extremo y estamos luchando para poder salir adelante, para prepararnos para el rebrote. Pero, aun así, surgen dudas. Yo realmente pienso ¿tenemos nosotros como organización la responsabilidad de tener EPIs? Miren, nadie podía tener EPIs, si no nos avisaron de que teníamos que comprar EPIs.
Por eso hemos vivido una situación muy dura. También pienso que si es una crisis sanitaria, tendremos que facilitar EPIs y, si no, controlar el precio de estos EPIs, porque hemos llegado a pagar hasta el 2.000% en el precio de una mascarilla.
Por lo tanto, es importante que esto también se regule o que se facilite. Entramos en la crisis social, en la destrucción de puestos de trabajo. Creo que realmente las empresas somos fundamentales y aquí hay que reinventarse y ver cómo lo hacemos. Pero necesitamos la ayuda de la Administración. Hay que hacer un plan muy bien hecho, porque si realmente todas las previsiones desgraciadamente se van a cumplir, no valdrán pequeñas estrategias, sino grandes compromisos de las diferentes administraciones.
Y para eso son fundamentales dos cosas. La primera es seguir luchando contra la economía sumergida.
En nuestro sector, hablamos en estos momentos de que hay un 25% de la población que es mayor; en 2050, será el 30% de la población, con más de 241.000 centenarios.
Quién dice que en la dependencia nos tenemos que reinventar, tiene toda la razón del mundo. Tenemos que crear estructuras para todas estas etapas, porque, ¿es lo mismo una persona de 65 que una de 105? Fíjense ustedes, hay 40 años de diferencia. Hay que estructurar los servicios en función de las necesidades y de las edades de estas personas. En esta apuesta por reorganizar todos estos servicios, hace falta que lo hagamos todos juntos y, para ello, es importante esta lucha que decía contra la economía sumergida, porque creo que en nuestro sector hay muchísima economía sumergida y muy difícil de controlar. Muy difícil.
La economía sumergida no paga impuestos, no genera trabajo estable, no aporta a la Seguridad Social, no da garantías sociales.
En segundo lugar, un pacto de país. Creo que ahí tenemos que estar todos y evidentemente las empresas tienen que liderar este pacto. Tenemos que entender -nuestros políticos, la sociedad civil- que damos valor añadido, que realmente generamos empleo en nuestro país, pagamos impuestos; y para esto es fundamental que haya un pacto.
Si todos intentamos dejar a un lado nuestros intereses y poner por delante la situación que enfrenta nuestro país, una crisis sanitaria que nos dejará huella, y ante la que debemos dar herramientas para que la gente la supere y se sienta acompañada por cada uno de los que tenemos responsabilidades, la podremos superar.
Soy optimista pensando que se puede salir si evitamos los protagonismos y somos capaces de poner por delante a nuestro país y la situación económica que vivimos.
Podemos aprender algo donde esta crisis, porque es evidente que nos ha puesto ante el espejo y ha reflejado lo mejor y lo peor de cada sociedad; lo mejor y lo peor de cada persona y también de cada organización.
Si algo hemos aprendido es que esto puede pasar, las calles de nuestras ciudades pueden quedar vacías y todos en casa y, evidentemente, cuando esto pasa, nuestra economía baja en picado.
Por ejemplo, el sector turismo, ¿alguien podía imaginar que se paralizaría este mundo y pasarían sus ingresos prácticamente a caer un 90% o en un 100%? Pues esto ha pasado y esto pone en evidencia que tenemos que tener siempre encima de la mesa diferentes formas de salir.
A mi parecer la mejor es apostar por la reflexión empresarial y la ética, tirar para adelante siempre con valores y compromiso, que es lo que hacemos los empresarios y ponerlo en valor. Luchar para que la economía y para que la colaboración público-privada no estén en juego.
Yo soy consciente de que en nuestro sector hay que luchar mucho para eso, porque algunos se aprovechan de esta situación, pero no vamos a permitir que aquel trabajo que hemos construido durante tantos años ahora pierda su valor.
Evidentemente, luchemos contra la economía sumergida, que no es algo nuevo en la CEOE, no es nuevo. Vamos a pedir un pacto de país para que, realmente, más allá de grupos políticos, de asociaciones o de partidos, en cada comunidad, en cada administración, podamos ser capaces de tirar para adelante. Muchas gracias y un placer, presidente y compañeros empresarios y empresarias.