Clemente
González
Soler
Presidente Grupo Alibérico
Deberíamos buscar una España que sea una de las atracciones, una de las naciones más atractivas del mundo para invertir, para visitar y para vivir.
Buenos días. A mí me gustaría, en principio, decir que la industria debería ser el motor de la recuperación de la economía en España, porque la industria significa un empleo estable, de mayor cualificación, bien remunerado, implica que el 50% de las exportaciones españolas se generan a través de la industria; que el 78,4% de los empleos indefinidos están en la industria; que el 60% de la I+D+i está en la industria; y, sin embargo, a pesar de todo ello, yo siento que hemos abandonado durante estos últimos 50 años en España a la industria.
¿Y por qué? Porque en 1970, el peso en el PIB de la industria sin la energía era el 32,9%, y hoy, después de 50 años, está en el 12%. Hemos bajado 20 puntos del Producto Interior Bruto en la industria, cosa que ninguno de los grandes países occidentales industrializados ha hecho. Entonces, yo diría que tendríamos que recuperar el peso de la industria porque, además, la economía de un país es lo que son sus empresas. Y la industria será un elemento clave -o el elemento clave- para el crecimiento económico.
Los empresarios, las empresas, somos responsables de la productividad. Las Administraciones son responsables del entorno, del entorno energético, fiscal, laboral, administrativo, de comunicaciones, infraestructuras y, sobre todo, de la seguridad jurídica. Y cuando sumamos productividad más entorno, nos da la competitividad.
No podremos conseguir una competitividad como país ni como empresas si no tenemos el entorno adecuado, y los empresarios, además, hacemos nuestro trabajo. Necesitamos empresas competitivas que creen trabajo, que creen empleo, que innoven, que exporten y que se hagan grandes. Necesitamos aumentar el tamaño de las empresas españolas, pero sobre todo que den riqueza y seguridad a nuestro país.
En Alibérico, empresa del sector del aluminio, tenemos 17 fábricas en cuatro continentes y estamos presentes en estos momentos en 81 países de todo el mundo, con lo que tenemos una perspectiva importante para opinar sobre la industria y, en nuestro caso, sobre el aluminio.
El mundo que viene va a ser menos globalizado y se va a buscar la seguridad, donde ante posibles cierres de fronteras o bloqueos económicos los países van a buscar tener sus propias industrias en determinados sectores. Y el sector del aluminio es un sector estratégico para España.
Llevamos 70 años produciendo aluminio primario. Hemos tenido cinco plantas de producción de aluminio primario, de electrólisis. Hoy solo nos queda una, San Ciprián, en Lugo, de 250.000 toneladas/año, que significa el 35% del consumo español, y no podemos permitir que se cierre la única y última empresa de producción de aluminio primario en España.
Creo que en el mundo que viene necesitamos tener esa producción propia porque, además, el aluminio está con nosotros cada día. La gente puede pensar que está en los perfiles de las chapas, de las ventanas, de las puertas, y no es así: está en los envases y los embalajes farmacéuticos, en alimentación, en el transporte, en los autobuses, en los automóviles, en la construcción, en las fachadas, en el aire acondicionado, en los aislamientos… Tenemos cada vez más consumo de aluminio, de kilos per cápita y año.
Hay una relación muy directa entre el consumo de aluminio per cápita y año y el Producto Interior Bruto de cada país. Y por eso creo que no podemos permitir, -y lo digo una vez más-, cerrar esa última fábrica de San Ciprián, que en estos momentos es de Alcoa, pero que, por cierto, durante casi 50 años ha sido una empresa pública, propiedad al 75%, 48 años, y 2 años al cien por cien, de la antigua industria nacional, del antiguo INI.
En España fuimos un modelo de generosidad democrática y de capacidad de crecimiento, y ahora deberíamos buscar una España que sea una de las naciones más atractivas del mundo para invertir, para visitar y para vivir. Por eso, hay que conseguir como sea que la gente vuelva a trabajar, a cualquier precio. Y sin una industria fuerte, será difícil poder sobrevivir. La industria garantiza el desarrollo económico del país. Muchas gracias.

Industria Automóvil Agroalimentaria

Carles Navarro

Clemente González Soler

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