Domingo
Mirón

Presidente Accenture España

Para afrontar la reapertura y manejar la incertidumbre, creemos necesaria una reinvención, un plan de reinvención para España.

Muchas gracias, Antonio Garamendi. Como no puede ser de otra manera, permíteme que mis primeras palabras de hoy sean para recordar a todas las víctimas del coronavirus y a aquellas personas que en la actualidad se encuentran todavía convalecientes de esta terrible enfermedad. Desde aquí les envío todo mi cariño y el deseo de una pronta recuperación.

En segundo lugar, quería agradecer a CEOE por esta iniciativa que impulsáis, y que nos ha permitido escuchar opiniones, alternativas, propuestas muy interesantes de grandes empresas relevantes de nuestra economía y de sectores que son críticos para nuestro país. Compañías que todavía estamos manejando la incertidumbre que ha supuesto la gestión del COVID y su impacto, tanto en lo humano como en lo económico, pero confiamos en que un impulso colectivo con iniciativas como la de CEOE nos vaya a hacer salir con mayor fortaleza de esta situación.

Reanudar la actividad no implica una vuelta a la normalidad. En nuestra opinión, hemos empezado un camino que nos ha ocasionado grandes cambios en lo económico, en los valores, y en las reglas que rigen nuestra sociedad. Y por ello y para afrontar la reapertura y manejar la incertidumbre, creemos necesaria una reinvención, un plan de reinvención para España. Pero este plan de reinvención debe tener en cuenta cuáles son las singularidades de nuestra economía, de nuestro país.

Lo voy a resumir en cinco realidades que caracterizan a la economía española y que creemos que debemos tener en cuenta, porque se han hecho más relevantes y evidentes en esta situación de crisis por la pandemia. La primera de ellas es que la economía española es muy dependiente de actividades en sectores como la hostelería, el turismo, el ocio, o la cultura, y que exigen la presencia física del cliente.

Un segundo elemento es el sector público, que en España da empleo a uno de cada cinco trabajadores, pero cuya contribución al PIB es baja, solamente un 16,4%. El tercer elemento que caracteriza de una manera singular la economía española son las pymes: ocupan el 65% del PIB y, por tanto, es un elemento diferenciador respecto a otros jugadores en Europa.

El cuarto elemento que yo querría describir como singular es el nivel de digitalización. Somos el país número 11 de 28 miembros de la UE en el Índice de digitalización de la sociedad y la economía (DESI) que se realizó en 2019. Y, por último, el quinto elemento: tenemos un mercado laboral rígido en comparación con otros jugadores de la CEOE y con una elevada tasa de paro, por encima de lo que sería el paro estructural.

El coste económico y social de la crisis del coronavirus ha sido enorme y debemos actuar con responsabilidad para transformar España en los próximos años y a largo plazo. Todas las medidas que se están tomando a corto plazo, en nuestra opinión, son adecuadas, pero creemos que la reinvención de España es una visión más a medio y largo plazo, para poder convertirnos en un país más competitivo, resistente y sostenible.

De cualquier manera, este nuevo plan debe estar alineado con los programas de la Unión Europea que son fundamentales, desde el punto de vista de la transformación económica. Es imprescindible que empresas, inversores y consumidores reactiven la actividad y que den confianza y certidumbre a los mercados. Por ello es crucial invertir y canalizar de manera adecuada los fondos europeos y nacionales en torno al doble propósito que ya establece la UE: digitalización y transición ecológica.

Quiero insistir en que este punto es clave. El objetivo de estos fondos para España debe ser más ambicioso que el principal de reparar el daño, relanzar la economía o reactivar la inversión privada. En nuestra opinión, todos estos objetivos son lícitos, pero tenemos que ir más allá. Esas ayudas nos deben servir para marcarnos un objetivo ambicioso, para tomar impulso y superarnos por encima de la media europea en el ámbito de la digitalización y de la transición ecológica. Debemos aspirar a superar la media, no podemos quedarnos en la media. Solo de este modo podremos llegar a convertirnos en un mercado referente en Europa y en el mundo entero.

Pero ¿en qué queremos que España sea un referente? Esta es una gran pregunta. Tradicionalmente, el sector servicios, la construcción y algunos otros sectores de la economía han sido locomotoras del país, pero la pandemia nos ha impactado de tal manera que veo fundamental incorporar otras áreas de alto potencial para el país que han demostrado resiliencia durante la crisis y que pueden ayudar a balancear el peso de la economía. Me refiero al sector industrial y, sobre todo, al sector de las tecnologías de la información, que está embebido de alguna manera en el resto de los sectores, y es un habilitador para la diferenciación, la innovación y el crecimiento.

No es nueva la tesis de que invertir en digitalización significa mejorar variables económicas como crecimiento, productividad y empleo; pero en estos meses, nos hemos demostrado a nosotros mismos que las tecnologías digitales y su capacidad para escalar han solucionado muchos de los problemas extraordinarios a los que nunca nos habíamos enfrentado. Se ha confirmado que es uno de los pilares para construir la nueva economía del siglo XXI.

Creemos firmemente en la digitalización y el desarrollo tecnológico como actores principales de nuestro plan de reinvención, con un papel de catalizador para el crecimiento, la competitividad y la resiliencia. Por eso en Accenture hemos desarrollado veinte medidas que tienen la digitalización como eje principal, y que abarcan cinco ámbitos de actuación directamente relacionados con la singularidad de nuestra economía: sector público, grandes empresas, pymes, infraestructuras y personas.

Lógicamente, damos por hecho que se van a dar las condiciones razonables de inversión, de liquidez y, por tanto, de garantía al acceso al crédito, para que este se convierta en una palanca de transformación o de ayuda a la transformación.

Paso a compartir las veinte medidas en estos cinco ámbitos clave. El primero, el sector público. Proponemos lanzar un plan de digitalización de la Administración que garantice el acceso y la provisión de todos los servicios de una manera digital, con especial foco en educación, justicia y salud; adicionalmente a la puesta en marcha de un programa transversal que ponga a disposición de las Administraciones todos los datos de los ciudadanos de una manera segura, transparente, eficiente y de forma personalizada, orientando el servicio de la Administración Pública a tratar al ciudadano como un cliente.

En cuanto a las pymes, recomendamos un plan de digitalización, pero muy distinto de los anteriores. Hasta la fecha, lo que se había hecho era distribuir muchas ayudas de pequeño importe en múltiples sectores y en múltiples compañías. Lo que proponemos aquí es concentrar las inversiones en actores como clústeres industriales, grandes empresas o la propia Administración Pública, de manera que se creen activos tecnológicos y plataformas de servicio al negocio para que las pymes puedan acceder, restringiendo la distribución de pequeñas ayudas. Esto les daría una capacidad para tener unas operaciones más eficientes, y en algunos casos, internacionalizarse, de una manera que nunca podrían hacer por sí mismas.

Relativo a las grandes empresas, proponemos impulsar un programa de incentivos y subvenciones destinado a la implantación efectiva de las nuevas tecnologías. Me refiero a inteligencia artificial, analítica de datos avanzada, cloud, realidad virtual y aumentada, blockchain, computación cuántica y ciberseguridad. El uso estratégico de estas tecnologías de una manera generalizada en las grandes empresas españolas generaría un incremento significativo de ingresos, como dicen nuestros últimos estudios.

Una correcta identificación de cuáles son las industrias estratégicas y un mantenimiento a corto y a largo plazo de los programas de inversión y transformación tecnológica nos daría una diferencia de competitividad en el mercado europeo y en el mercado mundial. En el mismo ámbito, tenemos que plantear un entorno de atracción que favorezca a las compañías multinacionales con el objeto de que elijan nuestro país para sus centros de innovación y tecnología. En Accenture tenemos centros en Bilbao, Alicante y Málaga, desde donde prestamos servicio de manera relevante a clientes internacionales haciendo exportación de servicios, pero también a compañías españolas. Por último, en el ámbito de las grandes empresas, industria X.0. Para nosotros es un programa fundamental de cambio y modernización de la industria, afectando de una manera estructural al modo en el que se generan productos nuevos, innovadores y competitivos en el mercado europeo.

En el ámbito de las infraestructuras, lo que proponemos es un plan de inversiones de redes críticas donde la energía y el transporte sean habilitadores del resto del crecimiento. En este ámbito de las infraestructuras, la colaboración público-privada es fundamental. Apuesta decidida, también en este entorno, por la ciberseguridad, que debe ser transversal a toda actividad industrial y económica, pero que creemos que en España puede ser un centro de polo de atracción para Europa.

En el ámbito último de las personas, pero no el menos relevante, es importante fomentar el estudio de carreras STEM, carreras técnicas, especialmente entre mujeres, y también la formación profesional. Un plan de cooperación entre universidades, institutos, Comunidades Autónomas y empresas nos ayudaría de una manera razonable a cerrar la brecha que existe entre capacitación-formación en la universidad y en la formación profesional, y lo que realmente demandan y necesitan las empresas.

Para finalizar, estas veinte medidas en estos cinco ámbitos, -sector público, pymes, grandes empresas, infraestructuras y personas- necesitan de habilitadores. Los habilitadores son, la regulación, la fiscalidad, la seguridad jurídica y, por supuesto, costes operacionales competitivos, como podría ser el coste de la energía. En ese sentido, proponemos un marco regulatorio propicio a liberar el terreno de juego con Europa. Si queremos estar por encima de la media, necesitamos una regulación y un contexto que favorezca el crecimiento especial en España.

Lo decía al inicio de mi intervención: hemos iniciado un camino y estamos manejando todavía la incertidumbre que ha supuesto el COVID-19, pero creemos que la digitalización es el compañero que nos llevará al crecimiento, la competitividad y la resiliencia. Digitalización y tecnología han solucionado muchos de los problemas tácticos o incluso estructurales extraordinarios que hemos vivido por la crisis, pero pensamos que la clave para la reinvención que buscamos es mucha más digitalización y mucha más tecnología. Debemos hacerlo con responsabilidad y poniendo siempre a las personas en el centro. Muchas gracias, Antonio Garamendi.

6ª JORNADA | 22 JUNIO 2021

Comercio Asesoramiento y estrategia Sanidad

Marc Puig
Presidente Puig
9:00 Comercio
Fuencisla Clemares
Directora Google España
Pedro Campo
Presidente CEC
Aurelio del Pino
Presidente ACES
Alfonso Merry del Val
Presidente ANGED
Antonio Garrigues Walker
Presidente ASEDAS
Domingo Mirón
Presidente Accenture España
10:30 Asesoramiento y Estrategia
Fernando Ruiz
Presidente Deloitte España
Federico Linares
Presidente EY España
Pedro Mateache
Presidente Kearny España
Hilario Albarracín
Presidente KPMG España
Gonzalo Sánchez
Presidente PWC España
11:45 Sanidad
Carlos Rus
Presidente ASPE
Martín Sellés
Presidente FARMAINDUSTRIA
Luis María de Palacio
Presidente FEFE
Eduardo Pastor
Presidente COFARES
María Luz López Carrasco
Presidenta FENIN
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