Fátima
Báñez

Presidenta Fundación CEOE

La responsabilidad social corporativa es: compromiso. Es un modelo de gestión responsable, no cómo repartimos los beneficios empresariales, sino mucho más, es cómo los obtenemos.

Querido Antonio Garamendi, muchas gracias por darme la oportunidad de participar en este foro tan importante de la Responsabilidad Social Corporativa y hacerlo, además, con dos referentes del compromiso social y del cuidado de las personas, como son el presidente de la Fundación Caixa y el presidente de la Fundación Once: mis amigos Isidro Fainé y Miguel Carballeda. Con ellos, he aprendido mucho a lo largo de mi vida profesional. Pero, ¿qué es la responsabilidad social corporativa?

Si tuviéramos que resumirlo en una palabra es: compromiso. Es un modelo de gestión responsable, no cómo repartimos los beneficios empresariales, sino mucho más, es cómo los obtenemos. Es decir, que la actividad de las empresas se haga priorizando a las personas, con criterio de sostenibilidad y, sobre todo, respetando la transparencia y el buen gobierno corporativo. Entonces, se convierte la Responsabilidad Social Empresarial en un elemento de competitividad, de sostenibilidad y de cohesión social, de ahí su importancia.

Eso no es solo un elemento que importe al sector privado. Tiene que ser también un elemento de trabajo fundamental del sector público, de las organizaciones privadas y públicas. Por tanto, si de verdad queremos que la Responsabilidad Social Corporativa sea motor de transformación de un país para hacerlo más competitivo, más sostenible, más inclusivo y más respetuoso con nuestro medio ambiente y con bienestar de la presente y la futura generación, tenemos que hacerlo todos.

Por eso, en el año 2014 tuve la oportunidad de impulsar la primera estrategia de Responsabilidad Social Corporativa con el acuerdo de todos los interlocutores sociales, con el acuerdo de las administraciones públicas y también de la sociedad civil. En ese camino estamos todos, en un compromiso social responsable de verdad con unidad de acción.

Es verdad que la crisis del COVID-19 nos ha puesto ante una nueva realidad, una situación de sufrimiento y, desde aquí, nuestro afecto a las familias que han sufrido la pérdida de algún ser querido. Pero, también, ha puesto sobre la mesa el rostro más comprometido y más social de las empresas. Porque es verdad que desde el primer momento, las empresas se han movilizado con esos valores de agilidad, de capacidad de resiliencia y de dar respuesta con compromiso a la sociedad, han sido capaces de poner en valor atenciones que eran necesarias en ese momento.

Por ejemplo, traer, con su cadena de internacionalización, elementos de protección que no eran capaces de traer, incluso, las instituciones rápidamente. Han sabido reinventar sus líneas de producción para establecer y hacer elementos de protección como EPIs o mascarillas o pantallas de protección pero, sobre todo, han sido capaces de atender a la comunidad, facilitando los alimentos para aquellas familias más vulnerables, también que, por el confinamiento, ningún chico, ningún joven, ningún niño de nuestro país no tuviera cobertura o capacidad de ascender a la tele-educación. Y, sobre todo, un compromiso con la comunidad, de todos dando una muestra de verdad de lo que somos, un referente y una institución con compromiso social.

Pero, ¿después del COVID-19 qué? Pues lo de siempre, formar parte de ese proyecto de recuperación de España sabiendo, como bien decía el presidente de CEOE, lo que debemos hacer: priorizar a las personas, seguir con nuestro compromiso de liderar el futuro del país haciendo lo que sabe hacer bien la empresa, que es crear riqueza, pero, sobre todo, crear empleo.

Y nunca olvidar ese compromiso permanente con todas las personas que lo tienen más difícil, con las personas vulnerables. Esa responsabilidad social nos lleva, por tanto, a que las personas de nuestro entorno más cercano tienen que también ser atendidas, desde el punto de vista formativo, desde el punto de vista de la atención y de los cuidados, desde el punto de vista de que nadie se quede atrás en este momento.

Las empresas, al principio, han resistido manteniendo los empleos en una situación muy dramática, pero también tienen que hacer lo que saben hacer bien, que es crear riqueza y crear oportunidades para todos, desde la igualdad de oportunidades, desde la inclusión social, sin distinguir ni sexo, ni edad, sin distinguir capacidades o condición social. Por tanto, el compromiso de la responsabilidad de las empresas es que en su core business, en el planteamiento de presente y de futuro de las organizaciones, sea contar con la Responsabilidad Social Empresarial como un elemento de competitividad, de sostenibilidad y también de cohesión social.

A esa respuesta empresarial también le acompaña la respuesta de los reguladores y de la propia legislación. Ahí tenemos cómo la Ley de Sociedades de Capital de 2014 o también el Código de Buen Gobierno Corporativo de 2015, incluso la Ley de Información No Financiera de las Sociedades de Capital, ponen de manifiesto que la Responsabilidad Social Corporativa es un elemento de liderazgo desde lo más alto del gobierno de las empresas, desde los consejos de administración o a la alta dirección.

Ese compromiso con la responsabilidad social, ese compromiso con saber hacer bien las cosas que sabemos hacer, que es crear riqueza, crear valor en un entorno en el que nadie se quede atrás, es un referente del presente de las empresas, pero también de ese futuro que tenemos por delante. Tenemos que trabajar en la recuperación y con los valores que aporta esa responsabilidad social, porque las sociedades que tienen mayores niveles de bienestar son aquellas que tienen sectores empresariales más dinámicos, más modernos, pero, sobre todo, con una gestión más responsable. Incluso, la capacidad de crecer de una empresa, de crear valor y de ser más competitiva depende de que sea una empresa con gestión responsable y que tenga también una buena comunicación con el entorno en el que vive, con los clientes, con los proveedores, con los propios empleados y también con los accionistas.

Por tanto, el compromiso de la RSC es algo más que la acción del día a día. Es que la cultura corporativa de las empresas lo tenga perfectamente internalizado. Es trabajar de una manera, trabajar con compromiso. A mí me gusta mucho, para terminar, una frase que se le atribuye a Churchill. Que él decía: “En la vida a veces no le damos importancia a las pequeñas cosas, a las cosas insignificantes. Pero, muchas veces son esas pequeñas cosas las que marcan la diferencia. Y entre esas pequeñas cosas, es la actitud la manera en la que de verdad realizamos nuestra tarea del día a día”.Por tanto, Responsabilidad Social Corporativa es siempre compromiso. Y en ese compromiso estamos hoy y estaremos mañana las empresas. Muchas gracias.

5ª JORNADA | 19 JUNIO 2021

RSC Cultura y deporte Emprendedores y autónomos

Fátima Báñez
Presidenta Fundación CEOE
9:00 RSC
Miguel Carballeda
Presidente Fundación ONCE
Isidro Fainé
Presidente Fundación La Caixa
Enrique Cerezo
Presidente EGEDA
10:00 Cultura y Deporte
Javier Tebas
Presidente de La Liga
Enrique Cornejo
Presidente Iniciativas Teatrales
Carlos Sainz
Director Karting
Adolfo Ruiz Valdivieso
Presidente FNEID
Fermín Albaladejo
Presidente CEAJE
11:15 Emprendedores y Autónomos
Mireia Badía
CEO Growly
Clemente Cebrián
Presidente El Ganso
Alicia Asín
CEO Libelium
Javier Villaseca
Presidente Grupo Sego Finance
Lorenzo Amor
Presidente ATA
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