Fernando
Ruiz
Presidente Deloitte España
A corto plazo hay que seguir incentivando y apoyando la liquidez de las empresas, hay que seguir apoyando a las pymes y los autónomos.
Buenos días a todos y muchas gracias, Antonio Garamendi, y también a CEOE por organizar estas jornadas que están siendo tremendamente interesantes y están aportando un enorme valor al proceso de recuperación que estamos iniciando después de la terrible pandemia que hemos sufrido.
Creo que todos estamos de acuerdo en que lo más imprescindible es conseguir que esta recuperación sea lo más rápida y lo más fuerte posible, y que además se produzca una recuperación que no genere desigualdad. Y para que no genere desigualdad entre las personas, lo primero que hay que conseguir es que no genere desigualdad entre los países, y eso precisamente es algo que no ocurrió en la crisis anterior.
Si comparamos cómo ha evolucionado el PIB de los diferentes bloques entre los años 2008 y 2019, vemos que el PIB de China en ese periodo se incrementó un 128%, el de Estados Unidos un 20% y el de la zona euro únicamente un 9,7%. Y, además, dentro de esa zona euro hubo mucha disparidad entre países. Alemania ha crecido en ese periodo un 15%, Italia ha decrecido el 3,8%, el Reino Unido creció el 14,1%, Francia el 10,9% y España el 7,6%. Ese crecimiento ha tenido también un comportamiento distinto en la deuda pública, que en China creció el 58%, en Estados Unidos el 5,5% y en la zona euro decreció el 7,2%. Pero también con un comportamiento muy distinto entre países: en Alemania bajó un 26%, mientras que, en Francia, por ejemplo, subió casi un 11% y en España un 7%. Esa situación de deuda, precisamente, condiciona la forma en la que en la actualidad se están encarando los procesos de ayuda entre países. Y los países que tienen una situación más saneada, que tienen una menor deuda pública, están siendo mucho más agresivos en la ayuda a sus economías.
El caso más paradigmático es el de Alemania, que está dedicando un 34% de su PIB a ayudar a la economía en este proceso de recuperación. De ese 34%, un 30% son líneas de avales y garantías, y un 4,4% son subvenciones a fondo perdido a empresas y familias. Es paradigmático el caso de Italia que, a pesar de su situación, está dedicando casi un 34%; el Reino Unido, un 19%; Francia un 14%; Estados Unidos un 11,1%, pero en el caso de Estados Unidos, los fondos directos, sin reembolso, a familias y empresas representan casi el 7% del PIB.
Y nosotros estamos en un 11%, somos los que menos estamos dedicando. De ese 11% casi la mayoría, -un 9,8%, casi un 10%-, a través de avales y garantías para solucionar los problemas de liquidez de las empresas, y solo un 1,2% del PIB en fondos que no necesitan devolución.
Si analizamos cómo están enfocándose estas ayudas por países, distinguiendo entre las ayudas que se están dirigiendo a hogares, trabajadores y empresas, vemos que todos los países están utilizando esquemas similares, pero España se caracteriza porque ha dedicado muchas más ayudas, muchas más iniciativas, a los hogares, a las familias y a los trabajadores que a las empresas. Estamos a la cola de estos cinco países que hemos analizado en ayudas dedicadas a las empresas y, fundamentalmente en temas de liquidez, a través de moratorias de préstamos y líneas de avales y alguna medida de tipo fiscal. Para conseguir que esta recuperación se lance y sea rápida, hay que actuar como CEOE está proponiendo, por sectores, diseñando medidas a corto plazo y también con la vista puesta en el medio plazo.
A corto plazo hay que seguir incentivando y apoyando la liquidez de las empresas, hay que seguir apoyando a las pymes y los autónomos; conseguir un acuerdo que sea razonable en relación a los ERTEs es fundamental, y hay que trabajar sobre el marco regulatorio para atraer inversión extranjera. Y a medio plazo, las medidas tienen que ir centradas fundamentalmente en la digitalización, actuando a través de los programas de investigación científica, la I+D+i, y sobre todo medidas que atraigan la inversión extranjera y que fomenten la inversión española, porque de esa manera lo que se hace es generar empleo.
Como decía al principio, nuestra situación desde el punto de vista fiscal no es ni mucho menos tan positiva ni tan buena como el caso de Alemania u otros países y, por tanto, nosotros vamos a tener que ser inteligentes, ser originales en el diseño de estas medidas, y actuar, sobre todo, desde el punto de vista normativo; en temas fiscales, a través de incentivos; en temas del mercado laboral, no ir hacia atrás sino ir adelante con medidas que den una mayor flexibilidad; y a través del marco normativo, -como decía antes-, para atraer inversión extranjera.
Si conseguimos recuperar la posición que teníamos antes de iniciarse la pandemia, donde éramos uno de los destinos mundiales más atractivos para la inversión, volveremos a estar en la situación que teníamos, que éramos la economía de la zona euro que más crecía y que más empleo generaba.
Tenemos que ser conscientes que quienes generan empleos son las empresas y, por tanto, todas las actuaciones que vayan dirigidas a mejorar su competitividad y a facilitar la inversión al final redundarán más pronto que tarde en la generación de empleo, que es la principal fuente de riqueza para todos.
Nada más. Muchas gracias, Antonio Garamendi, por la oportunidad, y enhorabuena otra vez.