Francisco
Martínez
Cosentino
Presidente Consentino
El sano crecimiento de nuestra economía requiere de una seguridad sanitaria, sí; y también de seguridad jurídica.
Buenos días a todos y muchas gracias por esta amable invitación. Es un honor poder compartir nuestro punto de vista sobre el futuro de la industria en España. Espero sinceramente que algunas de las ideas que explicaré a continuación sean aprovechables y se puedan aplicar en la práctica, y poder así, contribuir entre todos al futuro de nuestro país y de nuestros hijos y nietos.
En primer lugar, España necesita unidad y grandes acuerdos en los asuntos de Estado. Es el caso de la mejora de la educación y de la reforma y modernización de la Administración Pública.
También es muy importante proyectar una buena imagen de España desde la moderación, la apertura y la modernidad. Es preciso evitar fórmulas radicales de todo signo, y que han fracasado reiteradamente en el pasado.
La columna vertebral de nuestro sistema está bien definida en nuestra Constitución y en nuestro modelo de economía de mercado con inclusión social. Esta postura centrada es la que mejores resultados ha dado a España durante la historia reciente.
La recuperación económica de nuestro país requiere dar un nuevo impulso a la industria. Es imprescindible que se aliente a la industria española, desde las declaraciones políticas hasta la aplicación de medidas concretas. Todos debemos mostrar más sensibilidad hacia la industria, como pilar de nuestro estado de bienestar, en tanto que es generador de empleo estable y de calidad.
No podemos permitir que se destruya tejido empresarial, porque ello tendría terribles consecuencias, y porque está demostrado que preservar la industria es mucho más eficiente que levantarla de nuevo. Cada vez que cierra una empresa es mucha la riqueza que se destruye: empleo, contribución al impuesto, conocimiento y también proyectos personales y familiares, y muchas cosas más. Interioricemos que la industria es un activo de nuestra sociedad y actuemos en consecuencia.
El sano crecimiento de nuestra economía requiere de una seguridad sanitaria, sí; y también de seguridad jurídica. La imprescindible inversión privada necesita de una Administración ágil y que acompañe a los ciclos económicos. No tendremos inversión privada en volumen suficiente sin una Administración moderna.
El objetivo debe ser traer instituciones y que, gracias a estas instituciones, tengamos más fortaleza. En concreto, una Administración moderna pasa por la reforma de la función pública y por la digitalización. El sector público no puede vivir ajeno a los grandes cambios tecnológicos y amarrado a procesos y plazos pensados para otra época. Por ejemplo, y muy señaladamente, es preciso abordar ya una ambiciosa reforma de nuestra Administración de Justicia, con medios suficientes y una visión profundamente renovada.
Debemos fortalecer los servicios sociales públicos, muy especialmente los de la salud y educación, y muy especialmente también reduciendo prácticamente la excesiva carga burocrática. Proponemos trasvasar recursos de la burocracia a los servicios sociales. Y si para ello hay que simplificar la normativa vigente, habrá que hacerlo por una cuestión de pura sostenibilidad del sistema. No podemos resignarnos a la ineficiencia y a los excesos regulatorios, porque no son sostenibles.
Tenemos que digitalizar y modernizar nuestra Administración, porque es muy importante que los recursos que le dedicamos a la burocracia se lo dediquemos al aspecto social y a más necesidades que vamos a tener en el futuro: sanidad, servicios sociales y muchos temas. Y a la misma vez, la agilidad en la Administración nos viene muy bien a todos los que invirtamos en este país.
Nuestra industria y nuestra empresa tienen también que ser sostenibles en un sentido amplio y auténtico. Para ser sostenible es necesario ser competitivo y rentable. Solo así es posible seguir reinvirtiendo año tras año en la modernización de nuestras compañías. Sostenible es la empresa innovadora, porque mejora de manera continua, haciendo las cosas de manera diferente; cambiar para mejorar y mantener la competitividad. Sostenible también es ser diversificados en productos, canales y geografía.
Quiero detenerme aquí, porque las exportaciones, -esto es la diversificación geográfica-, debe jugar un papel clave en nuestra recuperación económica. Ya fueron decisivas las exportaciones para la salida de la crisis anterior. De nuevo por favor, seamos coherentes con esta realidad y cuidemos de nuestras empresas exportadoras, ahora más que nunca, cuando resurgen las amenazas proteccionistas.
Lo diré con claridad: no creo que la autarquía sea la receta adecuada para estos momentos. Creo en nuestra capacidad de país, del talento de su gente, para competir en todo el mundo. Creamos más en nosotros mismos y aprovechemos nuestras muchas ventajas competitivas: un país seguro, amable, bien formado, con un clima fantástico, estratégicamente ubicado y con un acervo cultural y artístico extraordinario. Por favor, en estos momentos, que estamos a tiempo, miremos con mucha claridad y, conjuntamente con la Unión Europea, trabajemos en el tema de los aranceles. Después, vienen los grandes llantos, como ha pasado con las olivas, con el aceite, con el vino, con los quesos… Ahora mismo, estudiemos y trabajemos con la apertura del mundo y de la globalización. Es el momento, no después para llorar.
Creemos profundamente también en la sostenibilidad social y ambiental. Tenemos que cuidar de nuestra gente, ser líderes en protección de riesgos laborales, darle un enorme impulso a la formación profesional dual como vía de incrementar la empleabilidad de los jóvenes y paliar también el elevado desempleo juvenil que esta crisis puede acentuar.
Además, será necesario intensificar de forma más decidida la colaboración entre la universidad y la empresa; generar, en definitiva, oportunidades para nuestros profesionales, permitirles ser más versátiles, fomentar sus carreras… De todo ello se verá beneficiada en conjunto la sociedad, porque está más que acreditada la conexión entre industria e innovación. Es muy importante la colaboración entre la empresa, la formación profesional dual y la universidad; muy importante, y debemos tratar de seguir trabajando en este tema. Las personas son lo más importante de una empresa.
La industria tiene que ser protagonista de la lucha contra el cambio climático. No podemos hacer esta revolución, que es necesaria, sin la empresa, pero debemos racionalizar los recursos que empleamos, producir con eficiencia. Debemos emplear más energías limpias, que deben tener un marco jurídico claro y seguro para su generación y consumo.
Y me pregunto muchas veces, ¿por qué no propiciamos que las empresas se produzcan su propia energía?, cuando todos sabemos que es muy competitiva en estos momentos, y siendo además esta un factor crítico de la competitividad. Debemos profundizar en la economía circular, volviendo a la idea de productos duraderos y de calidad, productos que perviven muchos años, porque están bien diseñados y bien producidos, frente al modelo desbocado de producir a bajo coste para usar y tirar.
Debemos seguir aplicando el ingenio y la inversión para darle una segunda vida a nuestros residuos, acelerando y generalizando su valorización. Y las normas y las Administraciones Públicas deben orientarse a todos estos objetivos. No podemos tener misión más elevada, -estamos hablando de preservar el planeta, nuestra Tierra-.
Por todo lo anterior, España necesita afrontar el futuro con más y mejor industria, sobre los pilares de la formación, la innovación, la sostenibilidad y la digitalización. Estos son también los pilares inspiradores de la política de la Unión Europea, cuyo modelo de bienestar queremos preservar.
Me doy cuenta de que necesariamente mi visión es fruto de mi experiencia, pero es lógicamente limitada. Por tanto, el diseño de la España del futuro debe ser el resultado de muchas aportaciones y de muy diversos actores. Si alguna de estas ideas pueden contribuir a ese diseño del futuro, estaré muy satisfecho. Muchas gracias por invitarme a contribuir. Mucho ánimo y un fuerte abrazo a todos, que tenemos unos jóvenes que son una maravilla. Muchísimas gracias.