Francisco
Reynés
Presidente Naturgy
Desde el punto de vista de hacer un país mejor para vivir, a mí me gustaría destacar la necesaria concordia social e institucional.
Buenos días. Gracias a todos y, como los que me han precedido, dos apuntes iniciales: el primero, agradecer y felicitar por esta iniciativa; y segundo, solidarizarme con todos los que hemos pasado cercanamente algún tipo de penuria por este virus. En concreto, en Naturgy, hemos tenido cuatro colaboradores que han fallecido del coronavirus en diferentes ubicaciones.
Cuando Antonio Garamendi me llamó, me hizo una pregunta que yo voy a intentar responder dentro de los ocho minutos, o siete y veinticinco que pone ahora que tengo, para no retrasar la agenda del resto de los ponentes.
La pregunta era cómo veía yo que debía hacer y qué objetivo debía tener el país después de esta crisis, y cómo podía el sector energético aportar su granito de arena. Yo se la resumí por teléfono y la verdad es que no he tenido mucho más tiempo de desarrollar más ideas; lo que voy a hacer es profundizar en las que le dije por teléfono.
Yo creo que España, como país, debe demostrar y debe seguir trabajando por ser un excelente lugar para vivir, para invertir, para trabajar y para visitar.
Y con esto entiendo que se cubrirían los cuatro aspectos fundamentales de la sociedad. Hacernos fuertes y orgullosos del país en donde vivimos; intentar captar inversión no solamente nacional, sino también extranjera, para desarrollar y potenciar nuestra economía. Hacer de España un lugar interesante para generar empleo, y empleo de calidad; y hacer también de España un lugar interesante para visitar.
No solo, sino también, porque tenemos un buen clima, una buena geografía y un patrimonio cultural; también porque somos capaces de generar aquellas condiciones para captar estos visitantes que permitan relanzar una parte importante de la economía, como hemos dicho, que es el turismo.
Desde el punto de vista de hacer un país mejor para vivir, a mí me gustaría destacar la necesaria concordia social e institucional. Es, probablemente, lo más relevante de todo lo que está ocurriendo en estos momentos en cualquier aspecto de la vida. Mantener un sistema sanitario; mantener un sistema educativo; mantener una seguridad ciudadana que hacen de un país un lugar cómodo en donde vivir y en donde poder envejecer. Intentar atraer una fiscalidad atractiva e intentar, también, un compromiso medioambiental.
Como ha dicho mi precedente, y amigo, Antonio Brufau, estamos siendo un país puntero, aunque parece ser que el mundo habla mucho de lo medioambiental, pero ejerce poco. Y aquellos que quieren liderarlo se toman menos compromisos de los compromisos que estamos asumiendo nosotros.
Un país para invertir; un país para captar inversión y, por lo tanto, ser motor de inversión, de empleo y de riqueza, no se puede conseguir sin asegurar que jurídicamente seamos un país fiable; un país en el que tenemos una fuerza laboral con alta capacitación, en donde hay proveedores competitivos, en donde tenemos una economía que tiende a la digitalización, en donde existe la flexibilidad laboral suficiente y en donde los marcos regulatorios son estables.
Condiciones todas muy relevantes para que, desde cualquier foro, desde cualquier consejo de administración de cualquier compañía extranjera, se decida y se apueste por España antes que por otras alternativas.
La globalización ha traído oportunidades para la exportación y para la implantación de compañías españolas fuera, pero también ha supuesto riesgos para competir en la captación de inversores y de inversiones extranjeras para venir a España o decidir ir a otros lugares.
Un país donde querer trabajar; y para poder trabajar lo primero que tiene que haber es estabilidad normativa: un marco normativo que permita saber en qué ámbito se van a desarrollar las relaciones laborales. Un país donde el empleo se formalice, donde se trabaje por eliminar, y erradicar, la economía sumergida; donde los salarios sean adecuados y haya unos planes de formación que permitan aumentar el nivel de capacitación de nuestra fuerza laboral, y en el que tengamos mecanismos de flexibilidad para permitir adaptar las necesidades de las compañías, a veces estacionales, a los momentos en los que vive.
Y un país para visitar, lo que significa seguir manteniendo unas infraestructuras de primera categoría; ser un país donde haya fácil conectividad. Y no me refiero solo a la telemática y a las de telecomunicaciones, sino también a la conectividad para poder llegar y para poder irse.
Un país en donde, además, se promueva la oferta cultural; donde podamos aumentar el nivel de nuestra oferta y no reducirla solo a los agentes naturales, sino también a aquello que podemos aportar y, por lo tanto, mejorar la oferta turística.
¿Qué puede hacer el sector de la energía para ayudar a ser un país mejor para vivir, un país mejor para recibir inversiones, un país mejor donde trabajar y un país que sea interesante visitar?
Pues, primero, para vivir, dar acceso general a la energía a todos los ciudadanos; darles, además, un acceso a una energía limpia, a una energía que les va a permitir, también, conservar su salud y fomentar la eficiencia energética, con lo que ayudaremos a los colectivos vulnerables.
¿Por qué debemos invertir en energía en España? Primero, porque tenemos un plan de transición energética que puede ser un buen catalizador de un nivel de inversión relevante.
Porque, además, aún podemos mejorar la calidad de nuestras infraestructuras eléctricas, sobre todo de distribución y transporte; y aún tenemos que darle una vuelta al hecho de la digitalización.
¿Qué puede hacer el sector energético para atraer trabajo? Dar oportunidad a profesionales de alta cualificación. Además, con unos niveles de mucha dignidad en lo que son sus condiciones laborales, y fomentando la especialización y la diversidad.
¿Y qué debemos hacer, en el sector energético, para reforzar la idea de un país en donde podamos hacerlo más atractivo para ser visitado? Pues mantener una calidad de suministro, incluso en los momentos en los que, por orografía o por consumo, podemos estar cerca de la criticidad.
Dar al servicio una oferta cada vez más sostenible; y también ponernos del lado de toda la industria turística para poder acometer un plan renovado y energético que permita avanzar en una adaptación de esa industria a los objetivos medioambientales.
Por resumir, la respuesta que me gustaría darle a la pregunta de Antonio Garamendi, cuando me llamó, es que el objetivo de las empresas, y debe ser a partir de ya, es el de crear valor económico, es el de mejorar el bienestar y el de comprometernos con esta sociedad que tanto compromiso requiere por parte de todos en estos momentos. Gracias, Antonio.

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