Isidro
Fainé
Presidente Fundación La Caixa
Como sociedad, tenemos muchos retos por delante que habrá que afrontar. La desigualdad, sin duda, es uno de ellos. Y la lucha contra la pobreza extrema. También tenemos que estar muy atentos a fenómenos como la brecha digital o la situación del mundo rural.
Muchas gracias presidente, Antonio Garamendi, por tu invitación. Fátima Báñez, gracias también por tus palabras y por la gran labor que hiciste como ministra. Con Miguel Carballeda hemos colaborado muchos años. Cuando llegué a “la Caixa” en el año 81, había ya una relación muy cercana con la ONCE.
Primero, quería recordar lo que todos ya sabemos. Y es que en la empresa hay cuatro grupos de interés: los empleados, que para mí es lo primero; los clientes; los accionistas; y la sociedad. Si los empleados están motivados, los clientes estarán contentos con el servicio y los accionistas también, porque obtendrán más dividendos. Pero hay un cuarto factor ineludible: la sociedad.
Las cajas tienen este cuarto factor en su ADN, que se concreta en su compromiso social. Las fundaciones de las cajas en España destinaron 840 millones de euros a acción social el año pasado, llegando a 35 millones de beneficiaros.
Para mí, lo digo así, la obra social empieza cuando uno atiende a un cliente bien. Nosotros siempre hemos sido fieles a este principio, que es uno de los pilares de nuestra institución. Porque somos capaces de escuchar los corazones de las personas. Porque somos capaces de adivinar sus sentimientos. Porque descubrimos muchas veces las penas no expresadas y las quejas no proferidas.
No estoy en contra de las nuevas tecnologías para los trabajos automatizados. Pero siempre digo que es muy importante la conexión personal con los clientes. Insisto en que los bancos o las cajas no podemos deshumanizarnos. Porque nunca en la relación personal puedes ir más rápido que el nivel de confianza que tengas.
Dicho esto, me gustaría abordar un reto social tan acuciante como la lucha contra la pobreza. Cuando Ricardo Fornesa era presidente de “la Caixa”, invité a todas las ONG de Barcelona, que eran 33, para que me explicaran la problemática y posteriormente me entrevisté con las fundaciones más relevantes.
Una de las conclusiones a las que llegué es que lo más efectivo es luchar contra la pobreza infantil. Con esta premisa pusimos en marcha CaixaProinfancia, que desde hace más de diez años es uno de nuestros programas estratégicos. Desde el inicio de este proyecto, hemos atendido a 318.000 niños, este año pasado a 62.000. Son niños y jóvenes de hasta 18 años a los que apoyamos a diferentes niveles, incluyendo el apoyo a su núcleo familiar. Esto incluye ayudas a la alimentación e higiene, pero también refuerzo educativo, atención psicológica y actividades de ocio, entre otras líneas.
Los resultados de CaixaProinfancia son incuestionables: la atención continuada a estos niños y a sus familias mejora su bienestar y les ofrece oportunidades de futuro. Buena prueba de ello es la mejora del rendimiento escolar.
El mejor camino es este. Ya sé que es un trabajo a largo plazo, ya sé que no se ve el resultado enseguida, pero les puedo asegurar que estamos transformando las vidas de estos niños.
Es una labor que hacemos en 125 municipios de toda España y a la que destinamos 60 millones de euros anuales. Porque para hacer este tipo de acción social se necesitan, obviamente, recursos económicos.
Por eso no estoy de acuerdo con la reducción de los dividendos que se está produciendo actualmente. Esto puede afectar al presupuesto de entidades como la nuestra y a colectivos que los tienen como un complemento necesario de sus ingresos, como muchas personas jubiladas.
Les hablaba de la importancia que tiene para nosotros la lucha contra la pobreza. Otra de nuestras líneas de actuación estratégicas, muy vinculada a la lucha contra la pobreza, es el fomento del empleo. Esto se concreta en el impulso del programa Incorpora, cuyo objetivo es facilitar un trabajo a colectivos vulnerables, como la personas con discapacidad, los parados de larga duración o las víctimas de violencia de género.
Desde 2006, hemos facilitado más de 267.000 puestos de trabajo. Esto ha sido posible gracias a la implicación de 60.000 empresas. Para lograrlo, trabajamos de la mano con las entidades sociales. Colaboramos con 480 de ellas y contamos con 1.200 técnicos especializados.
Las personas mayores son también un colectivo prioritario para la Fundación “la Caixa”, con el objetivo de promover el envejecimiento activo y saludable. Contamos con 677 centros en España, donde ofrecemos todo tipo de actividades para este colectivo. Anualmente, 800.000 personas mayores participan en estas actividades, a las que destinamos 17 millones de euros.
Otro pilar de nuestra actividad es la atención integral a personas con enfermedades avanzadas. En España mueren al año cerca de 400.000 personas. La mitad de ellas necesitan cuidados paliativos, y de éstas el 50% requieren atención psicosocial, es decir unas 100.000 personas al año.
En la actualidad tenemos 44 equipos y 10 más en Portugal.
Trabajan en el programa más de 250 profesionales. Con los 44 equipos de España se cubren 132 centros sanitarios y 133 equipos domiciliarios, y en Portugal se cubren 10 centros hospitalarios. En total, este programa ha atendido a 185.000 pacientes y 250.000 familiares. Os explicaré una anécdota: en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona contamos con un equipo de voluntarios. Uno de ellos iba a visitar a un enfermo terminal cada día. Un día llegó tarde, y le dijo al señor: “Perdone que hoy me he retrasado”. “¿Perdone? Pues yo nada más vivo por la hora que viene usted”.
Además del compromiso social, también me gustaría destacar nuestro apoyo decidido a la investigación y a la divulgación de la cultura, sobre todo a través de la red de centros CaixaForum. Sin olvidar nuestra acción educativa y para la difusión del conocimiento.
Globalmente, la Fundación “la Caixa” cuenta con un presupuesto anual de 500 millones de euros, que se traduce en más de 50.000 actividades cada año.
Como sociedad, tenemos muchos retos por delante que habrá que afrontar. La desigualdad, sin duda, es uno de ellos. Y la lucha contra la pobreza extrema. También tenemos que estar muy atentos a fenómenos como la brecha digital o la situación del mundo rural.
Para abordar estos desafíos, abogo por la colaboración entre el sector público y el privado.
Muchas gracias.