Javier
Ormazabal
Presidente VELATIA
Pilares de la recuperación: apostar por la industria, recuperar la estabilidad, incrementar el diálogo social, impulsar la transición energética y consolidar la digitalización.
Buenos días. El 2020 puede ser un gran año, el año que todo cambió. Un año en el que, juntos, hagamos cosas increíbles. La celebración de esta cumbre ya lo es y sin duda puede ser un primer paso hacia un nuevo futuro. Y ese futuro puede ser mejor que nuestro pasado reciente, si superamos nuestras diferencias y juntos vencemos las dificultades. Agentes sociales, sindicatos, empresarios, Gobierno y fuerzas políticas debemos abordar, de forma compartida, la superación de esta crisis.
No tengo recetas mágicas, pero mi experiencia al frente de un grupo industrial como es Velatia, y del Círculo de Empresarios Vascos, me ayudan a poner el foco en los que yo considero los cinco pilares de la recuperación: apostar por la industria, recuperar la estabilidad, incrementar el diálogo social, impulsar la transición energética y consolidar la digitalización.
Apostar por la industria, porque la industria juega un papel decisivo para asegurar una recuperación amplia y sostenible. Las sociedades que disfrutan de una mayor estabilidad con mejores niveles de vida y de bienestar son, sin duda, aquellas que tienen un sector industrial con peso importante en su PIB.
La fabricación en España, así como en la zona euro, ha experimentado un deterioro sustancial en su ciclo económico que pone en riesgo no solo el tejido empresarial del entorno, sino también el bienestar de la sociedad. Resulta urgente desarrollar una política que tenga por objetivo elevar al 14% el peso industrial de nuestro PIB, -primero, para alcanzar la media europea-, y después para alcanzar un 20% que se asiente en una competitividad industrial basada en la innovación, la tecnología y la investigación. En este contexto, es necesario reforzar nuestra competitividad, consolidar los procesos de smartización y aplicar políticas que conduzcan a la reducción de emisiones.
Asimismo, es precisa una política fiscal estable y coordinada entre Administraciones que impulse el esfuerzo inversor y las estrategias empresariales que responden a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, impulsados por las Naciones Unidas. Una fiscalidad que haga compatible la dimensión y la eficacia de las Administraciones Públicas, las necesidades de gasto social y que no desincentive la inversión, el ahorro y el consumo.
Recuperar la estabilidad. En un período de complejidad es crítico lograr un entorno estable para propiciar un relanzamiento industrial y asentar la competitividad de nuestra economía. Y no hablo solo a nivel de España, la propia Orgalim, asociación que representa a un tercio de toda la industria europea, reclama la estabilidad gubernamental de todos los países que componen la Unión Europea. Ellos mismos señalan la importancia de contar con unas medidas que aporten seguridad económica y jurídica, medidas que permitan avanzar con aplomo y de forma constante para acortar el camino hasta la recuperación.
Incrementar el diálogo social. Poco puedo añadir a esta acción, que claramente busca el consenso de todos los participantes. Y es que para salir de esta crisis debemos implicarnos todos. Algo que, -y permítanme volver a Europa-, la industria europea ha solicitado recientemente a la Comisión Europea, ofreciendo una plataforma que permita un diálogo abierto y facilite una estrecha colaboración. Los acuerdos recientes logrados por empresarios y sindicatos sobre los ERTE son un precedente ciertamente valioso y emblemático, que podría dar lugar a un gran pacto sobre políticas de rentas. ¿Y hacia dónde debemos dirigirnos? El Green Deal, el fortalecimiento del mercado único y su adaptación a la era digital serán los anclajes de la recuperación de la Unión Europea. Esto nos da pistas de hacia dónde debemos dirigirnos: la transición energética y la digitalización.
La transición energética no es un capricho ni una moda, sino una necesidad basada en el compromiso adquirido por la gran mayoría de los países para luchar contra el reto ineludible que supone el cambio climático. Este reto no puede esperar y puede convertirse en un motor de la reactivación de la economía. Transitar hacia un modelo energético limpio significa electrificar la economía, porque de todos los vectores energéticos, el vector eléctrico es sin duda el que tiene más capacidad de integrar fuentes de generación renovables.
El renovado Pacto Verde Europeo para la reconstrucción de la economía y el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima son los pilares sobre los que vamos a construir la transición hacia un modelo energético sostenible.
Hay muchos sectores económicos que necesitan ayuda para reactivar su actividad. La economía verde únicamente requiere de un entorno regulatorio que dé estabilidad y confianza. Numerosos inversores privados están deseando acometer esta inversión en plantas de generación eólica y fotovoltaica, unidades de almacenamiento, redes eléctricas inteligentes, infraestructuras de carga de vehículo eléctrico, etcétera. Estas inversiones no solo ayudarán a agilizar la recuperación económica, sino que nos conducirán a un modelo económico más sostenible, un nuevo modelo que no implica incrementar el endeudamiento público y que permitirá, a la vez, dejar un mejor mundo a nuestros hijos.
En cuanto a consolidar la digitalización, la crisis ya nos ha empujado a agilizar nuestra adaptación a formatos digitales que teníamos previsto implantar de una forma más pausada. El confinamiento y las medidas de seguridad nos han mostrado la necesidad de incentivar la digitalización, no solo de la sociedad, sino también de la economía a todos los niveles, tanto en infraestructuras públicas como privadas.
Como país debemos apostar por digitalizar para ser competitivos, desarrollar productos y servicios de alto valor añadido y generar puestos de trabajo de calidad. Entonces, ¿qué tenemos por delante? Pues mucho trabajo, trabajo duro por hacer, pero eso nunca nos ha asustado. Los empresarios estamos totalmente decididos a poner todo nuestro esfuerzo y capacidad para salir adelante. Somos conscientes y responsables de nuestro papel, y consideramos el estado de bienestar y el gasto social conquistas sociales irrenunciables, pero siempre manteniendo la proporcionalidad con nuestra capacidad de financiación en un marco jurídico estable.
Como empresarios sabemos lo que es arriesgar y comprometerse. No siempre hemos sido valorados por la sociedad y quizás se deba a que no hemos sabido explicarlo, y ese ha sido nuestro error. Pero la recuperación económica e industrial de España no puede hacerse sin nuestra participación, y por eso hoy estamos aquí, delante de toda la sociedad española, diciendo que nos comprometemos y que pondremos lo mejor de nosotros mismos en hacer del 2020 un gran año, el año que todo cambió, el año que juntos empezamos a crear un nuevo futuro. Muchas gracias.

Industria Automóvil Agroalimentaria

Carles Navarro

Clemente González Soler

Bernardo Velázquez Herreros

Ignacio de Colmenares

José Miguel Guerrero

Javier Ormazabal

Alberto Gutiérrez

Francisco José Riberas

María Helena Antolín

Raúl Palacios

Gerardo Pérez Jiménez

Tomás Fuertes

Antonio Hernández Callejas

Carlos Moro

Paulo Soares

Ignacio Osborne

José Domingo de Ampuero

Pedro Barato
