Jordi
Gual
Presidente Caixabank
Va a ser muy importante que este paquete de ayudas que pueda venir de la Unión Europea se administre muy bien en España a lo largo de los próximos meses y trimestres.
Buenos días y muchas gracias por este magnífico evento que ha organizado CEOE. Es para mí y para CaixaBank un honor poder participar. Mis primeras palabras son de afecto a todas las familias afectadas por la pandemia y de reconocimiento a todos aquellos que han estado en primera línea de batalla en esta fase tan crítica para nuestra sociedad. En particular a los trabajadores del sector bancario y de CaixaBank. Nuestra entidad ha tenido abiertas las oficinas en más de un 90% a lo largo de esta crisis y merecen, creo yo, un reconocimiento.
Nuestro país, nuestra sociedad, se enfrenta a un reto formidable: conseguir que la economía rebote tras pasar varios meses en el congelador. Lo hemos de lograr para restañar las heridas que ha producido la crisis, para generar ilusión y para iniciar una senda de progreso.
Es verdad que la crisis sanitaria ha durado más de lo que esperábamos, pero también es verdad que estamos ya viendo señales de recuperación. Y lo que hemos de hacer entre todos es conformar una política económica y unas actuaciones empresariales que permitan que esta recuperación gane tracción y se consolide. Es una tarea en la que hemos de participar todos. Las empresas, los ciudadanos, las Administraciones Públicas, en un espíritu de unidad; y es una tarea en la que hemos de encontrar un equilibrio razonable entre lo que supone asegurar que podemos hacer frente a nuevos episodios y posibles rebrotes del virus y, al mismo tiempo, conseguir que la economía vuelva a funcionar, que deje de estar en el congelador y que volvamos al cien por cien de la actividad.
En esta breve intervención me gustaría complementar tal vez algunas de las afirmaciones de los anteriores participantes. Me gustaría centrarme primero en la perspectiva europea. Europa, creo yo, en esta crisis, está jugando un papel determinante mucho más ágil y contundente de lo que sucedió en la Gran Recesión, o lo que ocurrió con motivo de la crisis de la deuda soberana.
En esta ocasión, se ha reaccionado de manera contundente. En primer lugar, el Banco Central Europeo, que ha puesto encima de la mesa medidas de liquidez muy agresivas, muy significativas, que ya están funcionando de manera efectiva, consiguiendo que toda la liquidez que pone el Banco Central encima de la mesa llegue a todos los segmentos de la economía, en todos los países de la Unión. Asegurando además que, realmente, en la práctica tenemos una verdadera unión monetaria, y que los tipos de interés bajos lo son en todo el conjunto de la Unión. Esto es encomiable.
El Banco Central también ha reducido los requisitos de capital para que los bancos podamos ayudar al conjunto de la economía, y así lo estamos haciendo. Sea dicho que la banca, y en particular también CaixaBank, hemos estado en primera línea dando servicio a nuestros clientes, ofreciendo crédito, ofreciendo moratorias y atendiendo a las necesidades de la población.
Por otro lado, también en Europa, el Parlamento hizo una declaración histórica, muy importante, en la cual animó a la Comisión a presentar un proyecto, un plan específico de gran tamaño, que proporcionase financiación y transferencias a todos los países de la Unión y, especialmente, a aquellos más afectados por la pandemia.
La Comisión reaccionó rápidamente al cabo de 15 días y ya tenemos encima de la mesa para negociación un paquete muy significativo presupuestario. Es un paquete sobre el que hace falta que decida el Consejo, pero debemos ser optimistas. Tiene el apoyo francoalemán y también el apoyo español. Y yo confío en que saldrá adelante antes del verano. Es un paquete que, en mi opinión, no debe ser concebido como un paquete de solidaridad. Es necesario, dadas las interdependencias económicas entre todos los países de la Unión. De esta saldremos todos juntos, puesto que, si a Alemania le va bien, a España le va bien; y si a España le va bien, a Alemania también. Y esto es verdad para todos los países de la Unión.
Asimismo, el paquete es importante para garantizar que se mantiene el mercado único en el conjunto de la Unión. Como es sabido, este es un mercado en el que se compite sin ventajas para ninguna empresa, y, por tanto, es crucial que no haya países que gocen de ventajas debido a su mayor capacidad fiscal. Asimismo, el paquete es importante porque constituye un pequeño embrión de la unión fiscal que debe complementar a la unión monetaria. Es precisamente en momentos de crisis como la actual cuando más se echa en falta que la Unión Europea no sea un poco, al menos, como los Estados Unidos, que disponga no solo de un Banco Central Europeo, sino de un tesoro único.
Va a ser muy importante que este paquete que pueda venir de la Unión Europea se administre muy bien en España a lo largo de los próximos meses y trimestres. Esto tiene dos vertientes que quisiera resaltar. La primera, que se dirija con efectividad a los sectores más afectados por la pandemia, aquellos sectores que conllevan un contacto humano cercano. Me estoy refiriendo naturalmente al sector sanitario, que debe recibir apoyo para poder hacer frente a posibles nuevos episodios de la pandemia, pero también a sectores como el turismo, el ocio, la cultura o el transporte y la restauración, naturalmente. Sectores, todos ellos, que requieren mucho contacto personal y que están sufriendo un cambio estructural, una transformación radical del modelo de negocio, y que deben recibir ayudas, por un lado, y también inyecciones de capital para asegurar que su equilibrio financiero se mantiene.
El segundo elemento que debe tener este plan es un relanzamiento de la inversión en toda España, en colaboración entre los sectores público y privado. Debemos llegar a un gran acuerdo sobre cuáles son las actividades que deben tener prioridad en ese proceso de inversión, centrándonos en aquellas que contribuyan a que España sea más productiva y que su economía sea más sostenible, enfatizando la capacidad de generar puestos de trabajo, puesto que España tiene un nivel de desempleo absolutamente inaceptable. No es el momento aquí de detallar mucho, pero claramente una de las áreas en las que se podría incidir es en el área de la transición energética.
Aquí se pueden llevar a cabo numerosas actuaciones intensivas en empleo para que sean más eficientes energéticamente, por ejemplo la rehabilitación de viviendas; la renovación de nuestro parque automovilístico, para que sea más eficiente en términos de la huella de carbono; o la inversión en transportes urbanos e interurbanos, para asegurar que mejora el transporte público y se reduce la contaminación de nuestras ciudades. Asimismo, hacen falta planes que van a requerir mucho empleo para mejorar la vivienda desde la perspectiva social, para que tengamos en España más vivienda asequible. Desde el sector bancario les puedo asegurar que estamos ahí para ayudar en este proceso de inversión en nuestras empresas. Las grandes, las medianas, las pequeñas, los autónomos y los profesionales.
Quisiera tratar también de derivar una sencilla lección de lo que hemos podido aprender de la experiencia, de lo que hemos vivido en estos últimos cuatro meses para nuestro modelo económico, para el conjunto de las empresas españolas y de las instituciones públicas y privadas. Creo que, a futuro, y ya de inmediato, uno de los elementos que deberemos tener muy especialmente en cuenta es tener un sistema productivo más robusto, unos modelos de negocio que sean capaces de aguantar eventos inesperados, tanto desde el punto de vista operativo como desde el punto de vista financiero.
En la vertiente operativa hemos de pasar del just in time al just in case, es decir, hemos de tener sistemas eficientes con sus procesos, sus cadenas de suministro, pero al mismo tiempo resilientes ante circunstancias imprevisibles.
Desde la perspectiva financiera, lo mismo, hemos de tener previsión y control de riesgos, ser capaces de asegurar la sostenibilidad financiera de nuestras instituciones ante un mundo que ha devenido mucho más complejo de lo que nos pensábamos. Las circunstancias excepcionales ya no son tan inhabituales, suceden cada dos por tres. Ya en este siglo llevamos varias, y hemos de tener unos mecanismos de gestión operativa y financiera que sean más robustos. Esto es verdad en las empresas, en el mundo privado, pero también en las instituciones públicas y privadas, en las administraciones. Ya se ha dicho, debemos tener una Administración que sea capaz de abordar situaciones de crisis y que sea financieramente una Administración más dotada, más previsora, con unas finanzas más en orden, para poder hacer frente a imprevistos como el que estamos sufriendo.
En definitiva, y concluyo, Europa va a ser parte de la solución, por un lado, por la disponibilidad de fondos que hemos de aprovechar en España, en una tarea de concertación pública y privada y de anticipación de las necesidades para administrar bien estos recursos y canalizarlos efectivamente en nuestra sociedad. Por otro, para que las empresas españolas, con el apoyo de la banca -y CaixaBank estará ahí constantemente- sean capaces de aprovechar ese mercado único europeo que es nuestro mercado natural.
Además, como decía, hemos de sacar lecciones de esta crisis y saber forjar una sociedad más robusta y resiliente. Una sociedad y unas empresas que puedan hacer frente a los nuevos retos del siglo XXI, que se ha demostrado que es mucho más imprevisible de lo que sospechábamos. Muchas gracias.