José
Ignacio
Goirigolzarri
Presidente Bankia
Hemos tenido realmente un baño de experiencia y hemos aprendido la utilidad del teletrabajo en situaciones de máxima tensión, pero también hemos aprendido las dificultades operativas y organizativas que el teletrabajo conlleva.
Muchísimas gracias y muy buenos días. Lo primero que, lógicamente, quiero hacer es transmitir mi solidaridad y la solidaridad de todo el equipo de Bankia a las personas que se han visto afectadas por esta tremenda pandemia.
En segundo lugar, lo que quiero es felicitar a Antonio Garamendi y a todo el equipo de CEOE por esta iniciativa, no solo por el evento en sí, sino porque, además, creo que ha sido especialmente oportuno el momento en que habéis decidido convocarlo.
Me voy a centrar, en primer lugar, en el sistema financiero, y voy a comenzar por el corto plazo, porque durante esta pandemia el sistema bancario español ha tenido dos retos fundamentales. El primero ha sido la continuidad operativa, que era clave, porque el sector ha sido considerado como un servicio esencial, y creo que la respuesta por parte de la banca ha sido excelente.
La inversión realizada a lo largo de todos estos últimos años ha permitido que los canales online del sector hayan funcionado magníficamente. Los ciudadanos españoles que así lo decidieron han podido realizar de forma segura sus operaciones bancarias a través de estos canales.
Paralelamente, para aquellos clientes que desearan utilizar este medio, en el caso de Bankia, hemos mantenido en todo momento más del 90% de nuestras oficinas abiertas, y lo hemos hecho en condiciones de seguridad para nuestros clientes y para nuestros equipos, los cuales cumplieron con una enorme profesionalidad su misión, lo que creo que merece un gran reconocimiento social.
De igual forma, un 95% de nuestros equipos en los servicios centrales han estado teletrabajando. Hemos tenido realmente un baño de experiencia y hemos aprendido la utilidad del teletrabajo en situaciones de máxima tensión, pero también hemos aprendido las dificultades operativas y organizativas que el teletrabajo conlleva.
Esta experiencia hace que me permita aconsejar una reflexión y un contraste con los profesionales de los distintos sectores, previo a una posible legislación laboral sobre este tema.
El segundo gran reto al que se ha debido enfrentar la banca en este tiempo es la financiación de las familias y de las empresas. La verdad es que la crisis anterior fue tremendamente frustrante para las personas del sector bancario porque no podían atender a sus clientes. No podían, porque los bancos no tenían ni capital ni liquidez.
En esta ocasión, la situación ha sido muy diferente. Gracias a la labor de todos estos años y al apoyo del Banco Central Europeo, el sistema bancario español cuenta con el músculo financiero para estar muy cerca de las familias, de los autónomos y de las empresas.
Ese músculo lo ha puesto al servicio de sus clientes en forma de moratorias de hipotecas o créditos al consumo para las familias, y de préstamos, parte de ellos avalados parcialmente por el ICO, así como a través de la extensión de líneas de liquidez para las empresas.
Los volúmenes de créditos manejados por estas medidas son públicos y no me voy a detener en ellos, pero sí me gustaría reseñar que hasta la semana pasada habían beneficiado a más de 800.000 familias españolas y a más de 500.000 autónomos y empresas.
Además, es reseñable la eficacia de la banca española en la distribución de estas ayudas, porque nuestros bancos, junto a los bancos franceses, están siendo los más ágiles de Europa para que este dinero llegue con la mayor rapidez a las empresas.
Este enorme esfuerzo de financiación ha significado que, en el mes de abril, por primera vez desde junio del año 2009, se haya producido un aumento en el saldo crediticio de nuestro país.
Por tanto, creo que es justo decir que el sector bancario español y sus equipos de profesionales están siendo en estos meses un soporte muy importante para las familias y las empresas españolas. Y es nuestra obligación y nuestro deseo continuar en esta línea.
Pero dicho esto, creo que tenemos que ser muy realistas de cara al futuro, porque es evidente que esta crisis tendrá un impacto también en el sector financiero. Nosotros somos un sector cíclico cuya rentabilidad depende del comportamiento de la economía.
Los bancos ya teníamos un problema de rentabilidad antes de esta crisis, como consecuencia de que arrastramos tipos de interés negativos en Europa desde el año 2016. Y, tras el impacto producido por el COVID-19, la situación no va a mejorar. De hecho, tendrá una importancia vital la capacidad que tengamos de gestionar la calidad de nuestro activo.
Gestionar esta situación es nuestra responsabilidad, la responsabilidad de los gestores bancarios. Pero siendo esto así, creo que es muy contraproducente que en estas circunstancias se le pida al sector esfuerzos extraordinarios en forma de impuestos o requerimientos de diverso tipo que puedan incidir en su rentabilidad.
Porque el desarrollo de un país requiere que sus bancos sean rentables. Si el sector no es rentable será un problema para toda la sociedad, porque si las entidades financieras no obtienen una rentabilidad apropiada no podrán atraer capital, estarán infracapitalizadas y, por lo tanto, no podrán cumplir con su objetivo, que no es otro que financiar a las familias y a las empresas y, de este modo, apoyar la recuperación socioeconómica de nuestro país.
Finalmente, y para terminar la panorámica sectorial y partiendo del papel esencial que está realizando el BCE y las instituciones europeas, debemos avanzar en la unión bancaria.
La unión bancaria, quiero dejarlo claro, no afecta solo a los bancos, sino que es clave para la competitividad de las empresas nacionales.
Porque la unión bancaria es la única forma de asegurar similares condiciones de financiación a las empresas en todo el territorio europeo. De otra forma, la nacionalidad de una empresa condicionará su coste de financiación y, por tanto, su competitividad.
Ahora bien, el futuro de la banca está muy ligado al futuro de la economía y, en este sentido, cuando pienso en el futuro de la economía española creo que el mayor reto que tenemos por delante es incrementar de forma muy sustancial nuestra productividad.
Para ello creo que es muy importante que las administraciones creen un caldo de cultivo capaz de atraer y retener talento e inversiones productivas, lo que requiere un régimen de seguridad jurídico y fiscal; un esquema excelente de educación y formación; y la creación de unas condiciones en las que se valore y promueva la inversión, tanto nacional como extranjera.
Esta es la mejor forma de asegurar el nivel de vida de las personas y la financiación futura del estado de bienestar.
En este entorno que nos espera, el capital humano va a ser una variable decisiva para mejorar nuestra productividad. Para ello, es imprescindible mejorar la empleabilidad de nuestros ciudadanos, y ello pasa por dotarnos de una educación y formación que nos sirva para enfrentarnos a los retos de futuro, retos que en definitiva van a requerir habilidades muy distintas a las actuales.
La oferta de formación tiene que dar respuesta a las demandas presentes y futuras del mercado de trabajo, y no estoy hablando solo de la universidad, sino también de la formación profesional, no solo de los jóvenes, sino de todas las edades, porque se exigirá una adaptación continua.
En este esfuerzo, las políticas activas de empleo deben jugar un papel muy relevante. Porque la formación no solo es el mejor medio para impulsar el crecimiento económico, sino que también es el mejor modo de reducir las desigualdades sociales y mejorar la cohesión social.
Este es un reto, en mi opinión, primordial para la sociedad española y, de hecho, creo que es el proyecto más importante, y además más inclusivo, que deberíamos proponernos.
Soy consciente, y con esto termino, de los enormes desafíos que como sociedad tenemos por delante, pero creo también que debemos ser conscientes de que tenemos palancas muy importantes para enfrentarnos a este reto, máxime si lo comparamos con otras crisis anteriores.
Tenemos unas infraestructuras digitales muy notables, contamos con un fuerte apoyo por parte de las instituciones europeas y, además, tenemos unas condiciones financieras muy favorables para trabajar en la transformación de nuestro país. Es una oportunidad que no podemos desaprovechar. Nada más.
Muchísimas gracias.

Apertura Sector financiero Energía y sostenibilidad Operadoras del sistema

Juan Roig

Carlos Torres Vila

Jordi Gual

José Ignacio Goirigolzarri

Josep Oliú

José Luis Aguirre

José Manuel Entrecanales

José Bogas

Antonio Brufau

Francisco Reynés

Miguel Antoñanzas

Antonio Llardén
