Josep
Oliú
Presidente Sabadell
Por lo que he hablado con empresas y empresarios medianos, lo que hoy más necesitamos es un marco de actuación estable y previsible en todos los niveles.
Muchas gracias. En primer lugar, como es lógico, quiero mandar mi mensaje de agradecimiento a los organizadores. Creo que es una gran iniciativa y oportuna en estos momentos para hacer una reflexión sobre lo que va a ser el período de desconfinamiento y el período de relanzamiento de nuestra economía productiva y de nuestra economía empresarial.
También quiero hacer un reconocimiento, como han hecho antes los anteriores oradores, no solamente a aquellas personas que han sufrido durante este período pérdidas o sufrimientos familiares, sino también a todos aquellos que han trabajado, y que han trabajado de una manera desinteresada para mantener a flote al sistema productivo. En especial, a nuestros empleados de banca; lógicamente para mí, a los de Banco Sabadell, que han trabajado durante días y noches. Saben ustedes que Sabadell es un banco volcado en las empresas medianas y pequeñas. Desde el principio nosotros vimos claro que era una situación extraordinaria.
No es una crisis cíclica, es una crisis provocada absolutamente por factores exógenos. En este tipo de crisis, la banca, nuestros empleados, nuestros gestores, teníamos que estar en todo momento al lado de las empresas. Lanzamos lo que llamábamos el “Plan de Acompañamiento a las Empresas”, porque vimos claro que pasarían grandes dificultades, y que nosotros, los bancos, en consonancia con ellos y en consonancia con los poderes públicos, podíamos ser fundamentales en ir encontrando los caminos para ir solucionando los problemas que, de forma muy variada, diferentes empresas, diferentes sectores, han ido teniendo.
Por tanto, un agradecimiento especial a todos los empleados bancarios que, de una manera casi escondida han estado trabajando días y noches para ir valorando empresa a empresa. Nosotros hemos revisado prácticamente toda la cartera de las empresas pequeñas, medianas y grandes españolas. Han pasado por los comités; se ha analizado no solamente su viabilidad, sus dificultades presentes, sino también las capacidades de viabilidad futura para poder poner a su disposición, o bien el crédito bancario normal o crédito bancario a largo plazo o el crédito con garantías de ICO.
La respuesta de las autoridades ha sido muy correcta, progresiva, porque al principio, como ocurre con estos fenómenos exógenos, nos cogió a nosotros mismos con total imprevisión. Nadie podía suponer hace cuatro meses que podía ocurrir un fenómeno de estas características. La respuesta de las autoridades se ha ido progresivamente materializando en buscar aquellas formas de mitigar los efectos negativos de la crisis. En especial, quisiera poner en valor la primera reacción que tuvimos bancos y sector público en una colaboración sin precedentes, que fue la puesta en marcha de los avales y de las garantías de ICO.
Era fundamental que se realizara esto para no romper la cadena de pagos y esto se ha concedido. Al mismo tiempo, también se concedieron ayudas para evitar que personas cayeran en situación de indefensión social y también que las empresas minimizaran de alguna forma el impacto de los costes fijos que suponía el tener que cerrar su facturación durante una temporada. Me refiero a los ERTEs, medida fundamental para el tratamiento de esta crisis. Me refiero también a los acuerdos con los bancos para facilitar moratorias a las hipotecas y a otros tipos de créditos.
¿Qué quisiera yo aportar a lo mucho que han dicho, de mucha calidad y de mucha profundidad, mis anteriores ponentes? En primer lugar, estamos en este momento de inflexión. Pienso, por lo que he hablado con empresas y empresarios medianos, que lo que hoy más necesitamos es un marco de actuación estable y previsible en todos los niveles. Tanto en el nivel sanitario, en el nivel de la educación, como en el nivel de las reglas que se van a imponer a nuestras empresas para recuperar la normalidad. La normalidad de las empresas se recupera cuando hay normalidad en las escuelas y cuando hay cierta normalidad en la sanidad.
Yo creo que estamos ya en un momento en que la sanidad, el sistema sanitario, ha recobrado normalidad. Obviamente, no se ha eliminado el COVID-19, pero yo me permitiría suponer o empezar a pensar que el COVID-19 hoy es una enfermedad dentro del marco de enfermedades que tienen protocolos de tratamiento adecuados por parte de nuestro sistema sanitario, y también procedimientos de prevención, aunque todavía no hayamos llegado a la fase 3, en la cual haya sistemas de prevención y de vacunación perfectamente homologados.
Pero sí que en estos momentos es una responsabilidad de las autoridades, tanto españolas como europeas, porque este es un fenómeno global, cerrar incertidumbres. Sustituir reglas de limitación de la actividad por un refuerzo de las responsabilidades y la educación de la población en cuanto a la utilización de sus propias responsabilidades. Y también utilizar la colaboración europea para marcar pautas generales de adecuación y de lanzamiento del sistema productivo.
Un segundo elemento que quisiera hacerles llegar también es que en esta pandemia hemos aprendido que la colaboración entre lo público y lo privado, entre lo público y la banca, la banca y las empresas, ha dado unos frutos absolutamente positivos y ganadores. También que la ausencia de esta colaboración, la ausencia de los niveles mínimos de confianza, que de alguna manera se había producido después de la anterior crisis, que era una crisis cíclica, tiene que quedar totalmente atrás.
La colaboración entre las instituciones públicas y las entidades financieras debe mantenerse. Nosotros estamos al servicio de nuestras autoridades para aportar nuestro conocimiento empresarial y económico y para asegurar, de esta manera, que lo que se tenga que realizar en forma de ayudas públicas se haga de una manera eficaz y eficiente para conseguir lo que al final todos queremos, que es el mantenimiento del empleo y de nuestra sociedad de bienestar.
Hay un mensaje que tiene que quedar muy claro en la gestión de esta crisis, en que se han puesto cantidades ingentes de recursos al servicio de la recuperación, y es que ayudar a las empresas no es algo malo. Al revés, ayudar a las empresas es ayudar al empleo, es la mejor forma de ayudar al empleo y, por lo tanto, también es la mejor forma de ayudar a la sostenibilidad futura de nuestras cuentas públicas.
Eso ha sido puesto de relieve a lo largo de esta jornada. Todas las medidas públicas que se tomen requieren de un análisis económico, de cuáles son sus costes y sus beneficios. Pero yo me permito asegurarles a ustedes que todo lo que es la ayuda para mantener la viabilidad de las empresas, es mantener la viabilidad del empleo y, por lo tanto, también de nuestras cuentas públicas.
Obviamente, en estos momentos los bancos estamos centrándonos en aquellas empresas que son financieramente viables, bien porque tienen una estructura financiera sólida, bien porque tienen capacidad de innovación, o bien porque forman parte de lo que configuramos como la sociedad que se va a sostener en el futuro.
Sectores que están hoy especialmente tocados por esta crisis, como el del ocio, de la cultura, del turismo, del transporte, del comercio minorista, del automóvil, del transporte público, etc, son aquellos que quizá tienen que buscar, y que tenemos, entre todos, que buscar, las fórmulas mediante las cuales puedan estar en plena normalidad cuanto antes.
El sector público, a través del ICO, a través de otros instrumentos que tiene, buscará nuevas soluciones de cara al futuro y de cara a, precisamente, poner los cimientos de la transformación de nuestro aparato productivo y de nuestras sociedades.
No voy a proponer medidas concretas, pero sí que sabemos que hoy tenemos bajo discusión si las ayudas públicas y la colaboración bancaria tienen que girar en torno a medidas para la inversión o el consumo, capaz de levantar o de ayudar a despegar a aquellas empresas que han sido más castigadas por la pérdida de consumo temporal. Si estas ayudas pueden ser como han sido hasta ahora a nivel de avales o en el futuro tienen que convertirse en transferencias a fondo perdido, eso requiere un análisis, pero sin duda, algunas de estas ayudas, siempre que tengan los debidos grados de economicidad y de rendimiento futuro como inversiones, pueden ser transferencias públicas.
También está la cuestión de la temporalidad. Creo que empresas, empresarios, bancos y sector público debemos no perder de vista que muchas de las ayudas que hemos puesto en marcha se circunscriben dentro de un marco de temporalidad, y que no sería bueno que se enquistasen a medida que la economía se va recuperando.
En el caso de las empresas pequeñas, nuestro principal reto hoy es que no tiren la toalla, que se hagan viables, que se transformen, que se digitalicen, que hagan todo lo que sea, y nosotros, los bancos, vamos a ayudar a eso. En las empresas medianas y grandes, a lo mejor harán falta medidas de algo más de calado. En algunos casos, aportaciones de capital o estructuras de capital híbrido, para mejorar su posición frente a la deuda senior que los bancos les estamos dando o mecanismos de inversión que sean colaboraciones público-privadas. Todo eso está hoy en ebullición, está dentro del marco, no tanto de nuestro propio sector bancario, sino también del de discusión en las autoridades públicas; no solamente de España, sino también de Europa.
Yo creo que hoy tenemos el gran reto de movilizar nuestro sistema productivo, estamos a la salida de este evento, de este parón que nos ha mantenido más de tres meses fuera de una normalidad operativa.
Esta etapa, que es la etapa de la normalización, requiere de un gran esfuerzo de mentalización, de movilizar a la población, de movilizar a las empresas, de movilizar a los bancos hacia un objetivo común.
Este objetivo común es mirar al futuro como un futuro de normalidad, y priorizar todo aquello que nos lleve a la creación de empleo y a la renovación y redefinición de todos nuestros modelos de negocio, en todo aquello que forma parte de nuestra actividad normal, y con todo lo que hemos aprendido durante este periodo, tanto en formas de trabajar, como en la manera de ver el futuro.
Los bancos estamos ahí como hemos estado siempre para ayudar a las empresas. Nosotros somos un banco de empresas. Hemos estado siempre al lado de las empresas. No hacemos negocios, ni tenemos voluntad de hacer negocios, pero sí tenemos la voluntad de que nuestras empresas y nuestros clientes hagan negocios y los hagan buenos, es decir, viables. Allí nos tendrán como siempre nos han tenido hasta ahora. Nada más, muchas gracias.

Apertura Sector financiero Energía y sostenibilidad Operadoras del sistema

Juan Roig

Carlos Torres Vila

Jordi Gual

José Ignacio Goirigolzarri

Josep Oliú

José Luis Aguirre

José Manuel Entrecanales

José Bogas

Antonio Brufau

Francisco Reynés

Miguel Antoñanzas

Antonio Llardén
