María
Luz
López
Carrasco

Muchas gracias, presidente. Desde la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria te damos la enhorabuena por esta iniciativa y por el éxito que estás teniendo en esta cumbre. Presidente y equipo, les damos las gracias por invitarnos a formar parte de ella. Creo que, -como han dicho todos los compañeros anteriores, referentes de los sectores-, todo este trabajo, todas estas soluciones, todas estas iniciativas que estamos poniendo aquí, lo único que pueden hacer es sumar y, de esta manera, salir más recuperados de todo esto y con más aceleración.

Quiero sobre todo dar mis condolencias a todos los familiares que han perdido a sus seres queridos. Quiero expresar mi gratitud a todos los profesionales médicos y a los sectores que han sido claves en la lucha contra la pandemia, especialmente a aquellos que han estado en la primera línea de fuego.

El sector de tecnología sanitaria tiene 1.000 empresas, 500 de ellas son fabricantes. Hemos facturado, en 2019, 8.000 millones; hemos crecido un 2% y damos empleo directo a casi 28 mil personas. Es un sector crucial; ahora conocemos los equipos de protección individual, -los EPIs-, los test de diagnóstico, las terapias respiratorias, el diagnóstico por imagen… cómo han resultado vitales para atacar y para vencer este virus.

También hemos visto cómo todas las empresas, tanto del sector y todas las que están relacionadas, han estado trabajando intensamente 24/7, sobre todo en los momentos de mayor saturación. Y un ejemplo ha sido el corredor, donde se ha visto claramente que una alianza entre Fenin, Iberia y Oesia ha ayudado en los momentos de mayor tensión, ha traído todos estos productos. Es una buena muestra de un trabajo en equipo, que creo que es una de las lecciones aprendidas: que trabajando intensamente juntos, venceremos.

Voy a proponer una serie de soluciones que van encuadradas en cuatro pilares fundamentales: la financiación, el desarrollo de la industria de tecnología sanitaria en nuestro país, la digitalización, -creemos que es importante poner foco aparte-, y la contratación innovadora sanitaria. Todo ello en función de un aumento de la penetración de la tecnología sanitaria en nuestro sistema sanitario de forma eficiente, de forma sostenible y, con el desarrollo de la industrialización, tener un sistema sanitario más robusto y menos vulnerable a las crisis que posiblemente nos vengan.

En cuanto a la financiación, creemos que tenemos un buen sistema sanitario, pero necesita más atención, y eso también significa que las empresas que lo suministran, que lo abastecen, necesitan más atención. Un sistema sanitario con los recursos adecuados soportará mucho mejor el aumento sobrevenido de las demandas.

Debemos garantizar un marco financiero estable para que las empresas crezcan, den trabajo, desarrollen tecnologías, innoven, para que pongan todas esas terapias en manos de los profesionales médicos, y que estos, al final, puedan ofrecer los mejores diagnósticos y tratamientos a los pacientes. En definitiva, fabricar salud. Además, ya sabemos que la sociedad es más sana, es más activa y más productiva, y nos hace falta en estos momentos.

Para ello, no debe retrasarse más el aumento de inversión en -por lo menos- un punto con respecto al PIB. Creemos que partimos de una situación peor, porque ha habido más impacto de la pandemia, y seguramente teníamos una inversión muy inferior. De hecho, un punto, en comparación con la media europea, y dos puntos en comparación con otros países de nuestro entorno, como Francia y Alemania, con lo cual es imperativo poder disponer de esta financiación.

También tenemos que dar confianza y seguridad a las empresas que trabajan y que quieren emprender en el sector de tecnología sanitaria, y para ello necesitamos que se habiliten una serie de instrumentos de pago a proveedores para que estas empresas se puedan arriesgar y puedan emprender. Está claro que durante muchos años hemos sido financiadores de la sanidad, hemos soportado plazos de pago de 600 días. Cuando vino el plan de pago a proveedores en 2011 nos dio un respiro, pero no podemos estar al albur de tener estos planes de proveedores.

Tenemos que dar confianza y estabilidad. Por supuesto, la financiación tiene que venir a nutrir un capítulo que es ahora mismo inexistente, que es el capítulo seis, en donde están todos los grandes equipamientos para robustecer el sistema sanitario y poder hacer frente a estas crisis. Ahí proponemos un plan renove del parque tecnológico, -hace tiempo lo estamos proponiendo-. Son propuestas que se hacen más claras y más imperativas en estos momentos. Tenemos un parque tecnológico muy envejecido, de los más obsoletos de Europa. Tenemos una serie de familias importantísimas de equipamiento que ocupan el penúltimo lugar, y tenemos que tener la suficiente financiación para invertir, pero también entrar en fórmulas de partenariado con las empresas, y de colaboración público-privada.

Por supuesto, es importantísimo que el IVA superreducido se pueda aplicar a productos vitales como los que hemos estado utilizando para combatir esta pandemia. Además, hemos calculado, -y seguro que es una buena estrategia para la sanidad-, que se podrían ahorrar aproximadamente 10.000 millones que se pueden utilizar para otras carencias. Un plan de desarrollo de refuerzo para la industria de tecnología sanitaria, un plan de promoción para la industrialización del sector. Tenemos que atraer inversión nacional, extranjera; tenemos que crear un tejido industrial en donde se puedan implantar las fábricas españolas, las fábricas multinacionales, los centros de logística, los centros de distribución.

Todo ello en un marco atractivo, seguro, con la seguridad fiscal y la seguridad jurídica -importantes-.

De esta manera, seremos más competitivos y tendremos las capacidades estratégicas para poder sobrevivir a otras crisis y poder disponer de ellas inmediatamente. Esto, por supuesto, se tiene que hacer con el apoyo de los ministerios de Industria, Comercio y, por supuesto, de Ciencia e Innovación.

Al final es la creación de un ecosistema que soporte a las compañías. Potenciar, sobre todo, las actividades de I+D+i y trabajar profundamente en el Plan Estatal de I+D+i de 21-27 para una recuperación económica sólida.

Pero, sobre todo, tenemos que poner foco en una generación que tenemos olvidada, nuestros jóvenes. Tenemos que hacer un plan de emprendedores en el que podamos retener talento, podamos tener innovación, seamos más competitivos y dotar del capital y las inversiones adecuadas a las startups de tecnología sanitaria. Un plan de internacionalización, donde estas empresas que han empezado a trabajar y se han empezado a introducir en la industria de tecnología sanitaria puedan tener sus planes de fabricación, puedan salir al exterior -y necesitan más masa crítica- y puedan ser más competitivas.

Además, llevar nuestra marca España al exterior. Tenemos que ayudar con programas de ayuda a la exportación, en donde las distintas Administraciones Públicas y el ICEX tienen que estar presentes. Digitalización significa modernización y transformación del sistema, -este es mi tercer objetivo y mi tercera solución-. Creo que además la digitalización da una unidad, es más eficiente, incluso refuerza nuestra identidad, que también nos hace falta. Creemos que se tiene que desarrollar un plan estratégico de salud digital que refuerce la relación entre los profesionales y los pacientes, que dé corresponsabilidad a los pacientes para que, activamente, participen en su cuidado; y por supuesto, que coordine y que interopere las distintas comunidades autónomas con los ministerios y, además, con transparencia en la cartera de productos y en los resultados.

Por último, una adecuación de la Ley de Contratación al Sistema Sanitario. Ha salido hace dos años y creo que tenemos que trabajar en ella para que se priorice el valor ante el precio. Sabemos que muchas veces cuando se compra a precio, -y tenemos muchas experiencias de ello-, lo barato sale caro a la larga. También la regularización de precios es muy importante en situaciones agudas de pandemia como la que estamos pasando, pero seguramente si se extiende, irá en detrimento de la competitividad, la calidad y el abastecimiento.

Por ello, tenemos que crear modelos de compra pública innovadora para vender soluciones de tecnología sanitaria (no por una parte productos, sino productos y servicios). Habrá que medir resultados para concursar en este tipo de compra innovadora y, por último, es importante tener un plan de contingencia y una reserva estratégica.

Evidentemente, tenemos que estar preparados para otras crisis sanitarias, para posibles rebrotes, y la colaboración de las empresas con el Gobierno, con el Ministerio, con Ingesa (Instituto Nacional de Gestión Sanitaria) -como lo estamos haciendo-, con las Comunidades Autónomas, es indispensable para crear esta reserva estratégica y estar prevenidos.

Por mi parte, volver a darte las gracias, Antonio Garamendi. Tener esta posibilidad y esta oportunidad de expresar nuestras soluciones aquí, para nosotros es muy importante. Creo que las empresas han dado la talla, han trabajado al máximo, necesitan un marco de confianza y estabilidad.

Y mi último mensaje es un mensaje de optimismo, porque creo que trabajando juntos, saldremos reforzados y construiremos nuestro futuro muchísimo mejor. Muchas gracias.