Maurici
Lucena
Presidente AENA
Esta crisis económica es, con seguridad, la crisis más inesperada, más singular, más compleja que el mundo contemporáneo ha conocido.
Buenos días. En primer lugar quiero agradecer muy sinceramente a la CEOE su amable invitación a participar en este foro tan interesante y quiero personalizar mi agradecimiento a mi buen amigo Antonio Garamendi. Voy a tratar de explicarles aunque sea en un repaso un poco vertiginoso, lo que la compañía AENA, que tengo el honor de presidir, ha experimentado, ha vivido en los últimos tres meses y medio. Me lo llegan a contar antes del estallido de la crisis del COVID-19 y no lo hubiera creído.
En primer lugar querría destacar que esta crisis económica es, con seguridad, la crisis más inesperada, más singular, más compleja que el mundo contemporáneo ha conocido.
También es la más profunda, aunque nos queda a todos la esperanza de que vaya a ser más corta que recesiones de corte más clásico.
En el caso de una compañía de gestión de infraestructuras como AENA, solo la enumeración de los factores que ahora están incidiendo negativamente en nuestra actividad es suficientemente elocuente de la complejidad de esta crisis.
Primer factor que nos está afectando negativamente, las restricciones a la movilidad, que poco a poco se van removiendo, pero que van a permanecer aunque sea de manera parcial durante bastantes meses.
El segundo aspecto, las consecuencias clásicas de una recesión económica, pérdida de poder adquisitivo por parte de las familias, por parte de las empresas, un aumento de la tasa de ahorro de las familias por razones de precaución que, por tanto, resta presupuesto para el ocio o para volar en general.
Tercer factor, consecuencias económicas sectoriales. Han podido ustedes ver estos días las dificultades, realmente muy severas, por las que están atravesando líneas aéreas, turoperadores, hoteles, restaurantes y en general todos los actores del, muy importante en la economía española, sector turístico.
Y el cuarto factor que incide negativamente en nuestra actividad es el factor psicológico. Durante bastante tiempo al menos determinados segmentos de la población o personas individuales van a tener unas reservas muy marcadas a la hora de recuperar su actividad anterior en términos de vuelos.
Bien, decía que el impacto en un sector como es el sector de la movilidad, el sector turístico, es suficientemente visible. He enumerado ya todas las empresas y sectores que están implicados, pero ahora querría simplemente condensarlo en algunos guarismos.
Nosotros, en los meses de abril y mayo, hemos tenido caídas del tráfico de más del 99%, que se dice pronto. Es decir, que para AENA están siendo los meses más duros de toda nuestra historia y se va a producir la paradoja de que enlazaremos sin solución de continuidad un año 2019 que fue récord en términos de actividad de beneficio neto para la compañía, con un año 2020 que a estas alturas podemos ya decir que va a ser con seguridad muy malo, muy malo, muy negativo.
La reacción que tuvimos al principio de la crisis fue una reacción casi instintiva para responder al enorme estrés al que la compañía se ha visto sometida, y lo que hicimos fue proteger la caja, realmente. Redujimos en casi el 40 % el cash burn relacionado con la etapa anterior y ahorramos casi 100 millones de euros al mes.
Por otra parte, hicimos varias rondas con los bancos para obtener liquidez de manera que ahora disponemos de más de 3.000 millones de euros de liquidez que nos dan tranquilidad para encarar los próximos meses. Pero ya enseguida, a Dios gracias, nuestro estado de ánimo, que fue sombrío durante bastantes semanas, con el diseño de la recuperación, se tornó algo más optimista.
Colaboramos con el Gobierno de España, con la Comisión Europea, con las líneas aéreas, con los agentes de handling para diseñar durante los dos últimos meses lo que ustedes van a poder ver ya a partir de la semana que viene, que son procesos aeroportuarios seguros; una gestión de colas distinta; evidentemente, procesos de desinfección mucho más profundos; aforos máximos; distancias mínimas; controles sanitarios en vuelos internacionales que consistirán en la toma de temperatura -sin que ustedes, por cierto, lo noten porque se va a hacer con cámaras termográficas-, y también la recogida y lectura de un formulario que permita a las autoridades tener la traza en el caso de que sea necesario localizarlos, si -que esperemos que no-, hay un contagio próximo.
Además de esta construcción de los aeropuertos seguros, en esta nueva etapa nosotros hemos tratado de, en la medida en que somos conscientes del efecto tractor que producimos en otras muchas empresas, en otros muchos sectores –handling, líneas aéreas, constructoras ingenierías, etcétera–, ser sensibles; hemos aplicado descuentos, aplazamientos o exoneraciones en los pagos.
La buena noticia también es que, ya desde hace tres semanas, hemos reactivado nuestra actividad inversora de manera que en 2020 y 2021 AENA invertirá más de 1.200 millones de euros en CAPEX, en inversión en infraestructuras, lo cual entiendo que es una muy buena noticia porque significa que el país se mueve y que sus infraestructuras aeroportuarias se mueven también.
En relación con los grandes proyectos aeroportuarios del futuro, por ejemplo las ampliaciones de los aeropuertos respectivamente de Madrid y Barcelona, nuestra intención es seguir con esos proyectos.
Es posible es que se desplacen en el tiempo de manera, obviamente, significativa, pero que igualmente se terminen haciendo. Por otra parte, querría también destacar que esta semana, la compañía ha aprobado un incentivo comercial. Haremos un descuento en la tarifa de aterrizaje, dividiendo en distintos tramos, para fomentar que haya movimientos en los aeropuertos en los próximos meses.
Concluyo ya, además de reiterar mi agradecimiento a la CEOE y su presidente, Antonio Garamendi, querría concluir subrayando que AENA es plenamente consciente de que tenemos una función dual. Por una parte, tenemos la obligación de defender el interés social, el interés de nuestros accionistas, pero somos conscientes de que somos un eslabón muy importante en el movimiento, en el engranaje del sector turístico, del sector de la movilidad y no solo en ese sector, sino en el de la construcción, en el de las ingenierías, etcétera.
Creo de verdad que existe margen, y esa es mi intención, para compaginar responsablemente ambas funciones, nuestro interés social, la defensa de nuestros accionistas, con la función tractora que ejercemos en el conjunto de la economía española y, desde luego, creo lo vamos a conseguir. Muchas gracias.