Victor
García
Brosa

Presidente OFICEMEN

Resaltar la importancia de impulsar el sector de la construcción como medio efectivo para mitigar las implicaciones de esta crisis, por su efecto tractor sobre los otros sectores de la actividad y por su capacidad de generación de empleo.

Buenos días a todos. En primer lugar, desde el sector cementero manifestamos nuestra solidaridad con los afectados por esta crisis sanitaria y nuestro agradecimiento a los que han estado luchando en primera línea por el bienestar de todos. Agradecimiento que quiero hacer extensivo también a los trabajadores del sector cementero, que tras ser declarado sector esencial por la posibilidad de que nuestras fábricas fuesen requeridas para destruir residuos del COVID-19, han contribuido con su esfuerzo al mantenimiento seguro de nuestra actividad. También, por supuesto, agradecer a la CEOE por esta gran iniciativa.

Me gustaría resaltar la importancia de impulsar el sector de la construcción como medio efectivo para mitigar las implicaciones de esta crisis, por su efecto tractor sobre los otros sectores de la actividad y por su capacidad de generación de empleo. Como ya fue comentado con otros ponentes anteriormente, por cada 1.000 millones de euros que invertimos en infraestructuras, generamos automáticamente 10.000 puestos de trabajos directos y otros 5.000 indirectos en otras industrias.

Por cada euro invertido se genera una actividad económica inducida de 1,92 euros. El retorno fiscal del sector de la construcción es de 49%, es decir, cada euro invertido devuelve 49 céntimos al Estado.

La parálisis productiva, el pánico financiero y las implicaciones económicas que esta pandemia ha provocado, apuntan a una crisis económica mundial e incluso peor que la recesión de 2008, con consecuencias más graves en industrias que, como en la del cemento, llevamos más de una década intentando recomponer.

El impacto de la actual situación de la demanda del cemento es drástico, tal como lo indica la caída del 50% en los datos de demanda del mes de abril y el hecho de que hay que remontarse a los años 60 para encontrar en la historia una demanda de cemento similar a la actual. Los ajustes de los últimos años en infraestructuras han sido claves para la concesión del déficit público, pero llevamos más de 10 años perdidos en lo que a infraestructura respecta y es algo que como país no nos podemos permitir.

Desde Oficemen abogamos por dos acciones claras que tengan una repercusión inmediata en términos de creación de empleo y reactivación económica.

La primera es un impulso decidido las infraestructuras relacionadas con la agenda 2030 y con el Green Deal europeo como, por ejemplo, las vinculadas con la gestión y depuración del agua, las de movilidad sostenible, las relacionadas con la sanidad, las de mejora de la red ferroviaria, las necesidades para la prevención de los efectos del cambio climático, la red de energías renovables y las estructuras para la economía circular. Estas inversiones son necesarias para que España pueda cumplir los objetivos de desarrollo sostenible fijados por el Pacto Verde europeo y la Agenda 2030, y para mejorar su competitividad a nivel internacional.

La segunda, es facilitar el relanzamiento de la demanda en el sector residencial en obra nueva, por ejemplo, mediante un plan público de vivienda social para alquileres a largo plazo y la rehabilitación orientada a criterios de sostenibilidad, como el aislamiento térmico y la eficiencia energética de los edificios públicos y privados. No olvidemos que el 55% de los edificios de España fueron construidos antes de 1980 y es imprescindible su adecuación a la nueva realidad de un planeta sostenible.

También entendemos que es clave la aprobación de avales y líneas de crédito en los préstamos de primera vivienda que estimulen la compra, tal como lo han hecho otros países europeos con éxito demostrado. Un programa análogo lanzado en Reino Unido ha logrado aumentar la compra de nuevas viviendas y facilitar el acceso de los jóvenes a su primera vivienda a través de avales del Estado. Deberíamos aprovechar los fondos europeos para la reconstrucción para plantear cómo deberían ser las ciudades del futuro.

En 2018, el 80% de la población española vivía en ciudades y en 2050 se incrementará esta ratio hasta el 88%, según las proyecciones de Naciones Unidas. Esto implica retos significativos en materia de infraestructuras de movilidad, depuración de aguas residuales y energía. Los edificios de consumo de energía casi nulo son ya una realidad gracias a la combinación de materiales de alta capacidad de aislamiento y de alta inercia térmica como es el hormigón, así como también de diseños óptimos que aprovechan la radiación solar y la ventilación natural para reducir la demanda energética.

En lo que respecta al cemento, debemos asegurarnos de que todo el esfuerzo de crecimiento de demanda es capturado por la industria nacional o que, al menos, podemos competir en igualdad de condiciones, para lo cual, me gustaría destacar la necesidad imperiosa de aprobar un estatuto del consumidor electro intensivo que suponga una mejora de la situación competitiva de la industria del cemento en el contexto internacional. Seguimos pagando entre 20 y 25 euros el megavatio por encima del coste que tiene empresas alemanas y francesas.

También la apuesta de manera decidida por la valorización energética en fábricas de cemento para usar combustibles derivadas de residuos en sustitución de combustibles fósiles, lo que permite mejorar la competitividad de nuestra industria a la vez que disminuir las emisiones a la atmósfera y, fundamentalmente, disminuir el envío de residuos a vertedero en línea con la nueva estrategia española de economía circular.

Asimismo, el incremento de la valorización material, es decir, sustituir las materias primas naturales que son extraídas de nuestras canteras, arcillas, calizas, etcétera, por distintos tipos de residuos minerales, entre otros, los residuos de construcción y demolición. Tanto la valorización material como la energética, son dos palancas para la creación de empleo verde asociado a la economía circular, tan necesario en estos momentos.

Por otro lado, destacar la implantación de un mecanismo de ajuste en fronteras para las emisiones de CO2 en convivencia con el sistema de asignación actual, que nos permita mitigar la pérdida de competitividad con países que no tienen el mismo nivel de compromiso con la reducción de emisiones. Es este un aspecto fundamental para poder mantener nuestra posición de liderazgo en las exportaciones de cemento en Europa.

Como sector tenemos un doble reto: satisfacer las demandas de infraestructura y vivienda que requiere nuestra sociedad y a la vez hacerlo en un contexto de progresiva descarbonatación de nuestra industria. En este sentido, en la última cumbre de cambio climático celebrada en Madrid, se presentó la hoja de ruta a nivel europeo de la industria cementera con la ambición de ser neutros en carbono para el año 2050.

El desarrollo de nuevos materiales que se adapten a una realidad sin emisiones de CO2, debe descentralizar nuestros esfuerzos para conseguir infraestructuras y edificios que no solo garanticen la seguridad de sus usuarios, sino que también incrementen su durabilidad y reduzcan los costes de mantenimiento y conservación. Los 200 tipos de cemento que existe en nuestro país y la innovación en hormigón de altas prestaciones deben ser las piedras angulares en el desarrollo de estas nuevas infraestructuras robustas y duraderas.

Otra de las ventajas que aporta el sector de la construcción, es que genera la mayor parte del valor añadido en nuestro país. Un excelente ejemplo de este carácter local de la construcción lo encontramos en la industria cementera. Somos un sector que utiliza materias primas locales, que atiende los mercados próximos a nuestras 33 fábricas distribuidas a lo largo de todo el territorio nacional y que genera empleo estable y de calidad a nivel local. sA este respecto, hay que destacar que el 70% de nuestras fábricas están ubicadas en municipios con menos de 12.000 habitantes, lo que contribuye a la lucha contra la España vaciada.

Nuestro país cuenta con un déficit acumulado en infraestructuras de más de 100.000 millones de euros. El poder transformador de la inversión en infraestructuras es el que permitirá que mejoren nuestra sanidad, que usemos más eficazmente un bien escaso como es el agua, que se depuren correctamente nuestras aguas residuales, que mejoren nuestra movilidad, en definitiva, que España cumpla con los objetivos del Acuerdo Verde Europeo y la Agenda 2030.

El hormigón es elemento central que nos ayudará a realizar esta transición ambiental, ya que ningún otro material permite infraestructuras y construcciones tan seguras, versátiles y durables. Gracias a los innovadores productos y soluciones con base de hormigón, conseguimos dar respuesta a desafíos como la reducción de la huella de carbono, mejorar la eficiencia energética de los edificios, disminuir costes y aportar mayor rapidez a la ejecución de obras, entre otras muchas ventajas.

Finalizo recordando que las inversiones públicas en infraestructura generan importantes efectos en el sector privado y, lo que es más importante, en estos momentos, generan empleo de forma inmediata. Se estima un incremento sostenido en la inversión anual en construcción del 1% sobre el PIB, genera aproximadamente 100.000 puestos de trabajos directos y otros 80.000 indirectos. Es el impulso de que nuestro país necesita en estos momentos. Muchas gracias

4ª JORNADA | 18 JUNIO 2021

Infraestructuras Construcción y promoción inmobiliaria Servicios

Rafael del Pino
Presidente Ferrovial
9:00 Infraestructuras
Manuel Manrique
Presidente Sacyr
Maurici Lucena
Presidente AENA
Ángel Simón
Presidente AGBAR
Juan Lazcano
Presidente CNC
10:00 Construcción y Promoción inmobiliaria
Juan Antonio Gómez
Presidente APCE
Victor García Brosa
Presidente OFICEMEN
Luis Rodulfo Zabala
Presidente CEPCO
Ismael Clemente
CEO Merlín Properties
José Luis Manzanares
Presidente AYESA
María José Álvarez
Presidenta EULEN
11:00 Servicios
Ignacio Vivas
Presidente AESTE
Rodrigo Martín Velayos
Presidente Randstad
Cinta Pascual
Presidenta CEAPS
Antonio Llorens
Presidente Food Service España
Enrique Sánchez
Presidente ADECCO
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