Javier
González
de
Lara

Muchas gracias, presidente, y buenos días a todos. Me sumo, en primer lugar, a manifestar nuestra solidaridad con todas las víctimas de esta terrible pandemia. Tras casi 100 días de estado de alarma nacional y 10 días de intensos debates en CEOE, no resulta fácil resumir todos los temas y ser muy sintéticos, muy básicos, por la escasez de minutos que tenemos, seis minutos concretamente, presidente.

Represento a una comunidad casi tan extensa como Portugal, la más poblada de toda España, con más de ocho millones y medio de habitantes, más grande que 17 estados de la Unión Europea y que se siente orgullosa de su relevancia histórica en la construcción de nuestra gran nación española.

Al igual que el resto de nuestro país, estamos en una situación de crisis sanitaria que, necesariamente, debe ser coyuntural como consecuencia de esta pandemia mundial. No es una crisis estructural ni de nuestro modelo productivo, salvo que se adopten decisiones equivocadas o ausentes del debido consenso. Y creo que es importante resaltar esta idea, porque esta crisis y su origen son ajenos al mundo empresarial y, por tanto, la solución no requiere necesariamente ni transformar el modelo económico, ni tener más intervencionismo, ni nuevas normas, más proliferación de normas, ni por supuesto asumir cuestiones ideológicas trasnochadas.

En todo caso, no necesitamos -en mi opinión- cambiar el modelo productivo, sino hacer más productivo el modelo, incorporando la innovación, digitalizando proceso, apostando por la internacionalización, con una financiación suficiente, con esa fiscalidad que se ha dicho por quienes me han precedido, una fiscalidad más generosa, con un marco jurídico y administrativo más adecuado y situando a la empresa -y lo dice siempre nuestro presidente- en el eje de la toma de decisiones.

Por tanto, requerimos medidas que atiendan a las necesidades de pervivencia a corto plazo para las empresas, basadas en apoyos a la liquidez, a la flexibilidad laboral, así como de estímulo, sobre todo de la demanda en sectores como el comercio, el turismo o la importante industria aeronáutica andaluza, que se han visto tan perjudicados.

Y, de otra parte, necesitamos pensar en el medio y largo plazo. Altura de miras, visión de largo alcance en las cuestiones apuntadas para adaptarnos a los cambios acontecidos en los mercados y ganar competitividad.

Medidas, todas ellas que, además, se deben adoptar en un escenario de seguridad, de confianza, porque lamentablemente el virus sigue presente entre nosotros. Y esa confianza no debe ser ajena al diálogo social y al consenso que, sin duda, es la mayor infraestructura de un territorio desde el que podemos enfocar medidas que todos necesitamos.

No obstante, me gustaría dejar constancia de cuáles son, aunque pueda parecer paradójico o contradictorio, algunas conclusiones positivas que también hemos obtenido de esta crisis.

Primero, que el sector privado y el sector público son compatibles, nunca antagónicos. Y se ha roto el mantra ideológico de que, los derechos sociales solo pueden garantizarse desde el sector público. Se han declarado sectores esenciales como telecomunicaciones, energía, comercio, alimentación, sector sanitario, entidad financiera, entre otros muchos.

Y hemos visto cómo, a pesar de la intensidad de la demanda, no se ha caído ni internet ni la oferta energética, no ha habido desabastecimiento de alimentación, la logística funciona perfectamente o las farmacias han estado abiertas, y eso ha sido el sector privado, que ha mantenido las necesidades vitales de los ciudadanos.

En segundo lugar, la función social de la empresa ha quedado consagrada en esta dolorosa pandemia. Hay miles de ejemplos y testimonios. La labor que ha hecho CEOE con su Fundación (Fátima Báñez ha sido, desde luego, una persona importantísima en estos meses), para poner en valor lo que cualquiera de nosotros podemos ver en nuestro barrio, en nuestro entorno de pymes, de autónomos, en cualquier rincón de España. Desde luego, desde Andalucía estamos muy orgullosos por esa solidaridad empresarial que se ha producido.

Tercero, la capacidad de innovar y evolucionar que tienen las empresas en tiempos de crisis y el salto económico y social que ello supone para adecuar sus modelos de negocio. Aquí se habla de cambiar el modelo productivo, lo que se está produciendo es un cambio de modelo de negocio, que no tiene nada que ver, es algo distinto, pero estamos por delante de los acontecimientos. Le pedimos también a la Administración que sea consecuente con ello.

Y cuarto -y voy concluyendo-, la autoridad de la fortaleza de las organizaciones empresariales como CEOE, como Cepyme, con todas sus territoriales y sus sectoriales. Hemos hecho una triple función: informar, estar pendiente, encima de nuestros asociados en todo momento, en momentos de tremenda incertidumbre; hemos trasladado a las distintas Administraciones, las legítimas y necesarias reivindicaciones que planteábamos; y, en tercer lugar, la función que hemos asumido de promover la paz social, la convivencia y el diálogo, y eso en un escenario de crispación, de incertidumbre, de inestabilidad, donde hemos actuado con la máxima responsabilidad.

Presidente, quiero agradecerte en lo personal y en lo institucional, quiero transmitirte nuestra gratitud por tu liderazgo y por tu empuje y tu valentía en estos difíciles momentos.

Y concluyo, creo que son tiempos difíciles para España. Tenemos la fortuna de estar integrados en la Unión Europea y formar parte de un proyecto común, pero, no obstante, la crisis nos ha hecho más humanos, nos ha permitido parar, pensar y cuestionarnos muchas cosas y, sobre todo, hasta la dimensión espiritual y la empatía ganarán terreno. Creo que estamos recuperando valores esenciales que perdimos en el frenesí pre-Covid.

Y recuerdo una cita de Winston Churchill que decía, al final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945: “No estamos en el final, ni siquiera en el principio del final, estamos, quizás, en el final del principio”. Es evidente que las empresas andaluzas, junto con el resto de todas las empresas españolas, estamos obligadas a liderar el futuro, y nuestro compromiso, presidente, es absoluto con CEOE, porque unidos somos más fuertes. Muchas gracias.